
30 de junio de 2025 a las 09:40
México: ¿Fin de la era petrolera?
El mundo se tambalea en una cuerda floja energética. La guerra comercial desatada por Estados Unidos, la incertidumbre económica global, las decisiones de la OPEP+, la creciente demanda de petróleo y los conflictos en Medio Oriente, todos estos factores convergen en un cóctel explosivo que coloca al suministro de petróleo en el centro del debate internacional. En este contexto, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) presenta su informe Oil 2025, un análisis crucial que nos proyecta hacia el futuro energético hasta 2030.
El informe de la IEA desvela un cambio de paradigma en el mercado petrolero. Durante la última década, dos gigantes, Estados Unidos y China, han protagonizado un baile energético: el primero impulsando la oferta con el auge del esquisto, representando el 90% del aumento de la oferta mundial entre 2015 y 2024; el segundo, devorando energía con un aumento de 6 millones de barriles diarios en su demanda, equivalente al 60% del crecimiento del consumo mundial.
Sin embargo, el futuro pinta un escenario diferente. La electromovilidad y la expansión de la red ferroviaria de alta velocidad en China están frenando el crecimiento de su demanda, que se prevé alcance su pico en esta década. Mientras tanto, Estados Unidos, aunque con un ritmo de crecimiento más lento, se consolida como el principal productor de petróleo. En este contexto, la demanda mundial de petróleo aumentará en 2.5 millones de barriles diarios entre 2024 y 2030, para luego estabilizarse en torno a los 105 millones de barriles diarios.
Y en medio de este panorama global, México se enfrenta a un desafío crucial: el riesgo de convertirse en un importador neto de petróleo. El informe de la IEA lanza una advertencia: México ha registrado la mayor caída en producción entre los productores mundiales, una disminución de 680 mil barriles por día (kb/d) que reduciría su producción a 1.3 millones de barriles diarios (mb/d) para 2030. Esto obligaría al país a importar 500 kb/d para satisfacer su demanda interna.
¿Qué hay detrás de esta preocupante proyección? La IEA señala la estrategia de Petróleos Mexicanos (Pemex) de priorizar el crecimiento de crudo en campos terrestres y de aguas someras, descuidando los yacimientos más grandes en aguas profundas. Como resultado, más de la mitad de su producción en 2024 provino de apenas siete de sus 240 campos.
El panorama para Pemex se complica aún más por la pesada carga de su deuda con proveedores, la caída en su producción, los recortes presupuestales en exploración y producción, que redujeron las plataformas de 50 a menos de 20, y la escasez de proyectos de envergadura para el futuro. Solo un proyecto importante está previsto para comenzar a producir en 2030, mientras que proyectos clave como Zama, la expansión de Ku-Maloob-Zaap (KMZ) y Trion de Woodside, aún esperan aprobación.
La situación de México en el mercado petrolero es un llamado a la acción. La dependencia creciente de las importaciones de petróleo podría colocar al país en una posición vulnerable en un mercado global cada vez más volátil. Es crucial reevaluar las estrategias de producción, invertir en exploración y desarrollo de nuevos yacimientos, y fortalecer la infraestructura energética para garantizar la seguridad energética del país a largo plazo. El futuro energético de México está en juego.
Fuente: El Heraldo de México