La sombra de la justicia continúa acechando al galán cubano William Levy. Tras su arresto en abril de 2025 en Florida por intoxicación pública, alteración del orden y allanamiento, el actor se encuentra en una encrucijada que podría determinar su futuro inmediato. La jueza Melinda Brown, a cargo del caso, ha lanzado un ultimátum a Levy: inscribirse en un programa de control de ira antes del lunes 30 de junio o enfrentar consecuencias legales mucho más severas.

La ausencia de Levy en dos audiencias consecutivas ha encendido las alarmas en el tribunal. Esta falta de comparecencia, según fuentes cercanas al caso, se debería a los compromisos del actor con el rodaje de la película "Bajo un Volcán". Sin embargo, la jueza Brown no ha cedido ante las justificaciones y ha mantenido firme su postura. La inscripción en el programa de control de ira se presenta como la última oportunidad para Levy de evitar un proceso penal que podría, incluso, culminar en una pena de cárcel.

El programa, diseñado para infractores de delitos menores, incluye talleres de control de ira, prevención de drogas y servicio comunitario. Se trata de una vía para que el actor pueda enmendar su conducta y evitar que el caso escale a instancias judiciales superiores. No obstante, la negativa de Levy a cumplir con este requisito antes de que finalice junio significaría la revocación de esta medida y la apertura de un juicio penal en su contra.

La incertidumbre se cierne sobre el futuro del actor. ¿Priorizará su carrera cinematográfica o atenderá el llamado de la justicia? La decisión está en sus manos, pero el tiempo se agota. La audiencia del 11 de julio se perfila como un momento crucial en este proceso. Si para entonces Levy no se ha inscrito en el programa, deberá enfrentar las consecuencias de sus actos ante un tribunal que no dudará en aplicar todo el peso de la ley.

Mientras tanto, la opinión pública se divide entre quienes defienden al actor, argumentando que se trata de un error aislado, y quienes exigen que se haga responsable de sus acciones. El caso Levy se convierte así en un recordatorio de que, sin importar la fama o el éxito, nadie está por encima de la ley. La próxima semana será decisiva para el futuro del actor, quien deberá elegir entre la redención y el riesgo de una condena que podría empañar para siempre su carrera. ¿Logrará Levy salir airoso de este laberinto legal o se verá obligado a pagar un alto precio por sus errores? Solo el tiempo lo dirá.