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30 de junio de 2025 a las 04:30

Horror: Pitbull ataca a niña de 4 años

La escalofriante escena capturada en video ha conmocionado a Guayaquil y reavivado el debate sobre la tenencia responsable de perros, especialmente de razas consideradas potencialmente peligrosas como el pitbull. Una niña de tan solo cuatro años, camino a la escuela en la ciudadela El Caracol, se convirtió en la víctima de un ataque brutal por parte de un perro de esta raza que deambulaba sin bozal ni correa. Las imágenes, que se han viralizado en redes sociales, muestran la indefensión de la pequeña ante la agresividad del animal. A pesar del intento de sus compañeras por calmar al perro, este se abalanzó sobre la niña, sujetándola por el cabello y provocándole heridas en la cabeza y la oreja. Los angustiosos 24 segundos que duró el ataque quedaron grabados no solo en el video, sino también, sin duda, en la memoria de la pequeña y de todos quienes hemos presenciado la escena. La rápida intervención de un transeúnte, quien propinó una fuerte patada al animal, impidió que las consecuencias fueran aún más graves.

Este lamentable incidente nos obliga a reflexionar, una vez más, sobre la importancia de la tenencia responsable de mascotas. No se trata de demonizar a una raza en particular, sino de comprender que la responsabilidad recae en los dueños. Un perro, sea cual sea su raza, requiere de educación, socialización y un entorno adecuado para desarrollarse de forma equilibrada. En el caso de razas consideradas potencialmente peligrosas, como el pitbull, estas medidas se vuelven aún más cruciales. El uso de bozal y correa en espacios públicos no es una opción, es una obligación que debe ser cumplida a cabalidad para garantizar la seguridad de la comunidad. La negligencia de los dueños, al dejar suelto a un animal con la capacidad de infligir daño, es inaceptable y debe ser sancionada con todo el rigor de la ley.

Las autoridades municipales han actuado con celeridad, iniciando una investigación para identificar a los responsables y aplicar las sanciones correspondientes, que podrían incluir multas e incluso medidas más drásticas. Además, han contactado a la familia de la niña para brindarles apoyo y acompañamiento en este difícil momento. Es fundamental que este caso sirva como ejemplo y promueva un cambio de mentalidad en la ciudadanía. La tenencia de una mascota implica una serie de responsabilidades legales y éticas que no pueden ser ignoradas. Debemos ser conscientes de que nuestras mascotas son parte de la comunidad y, como tales, debemos garantizar su bienestar y, al mismo tiempo, la seguridad de quienes nos rodean. La educación y la concientización son claves para prevenir futuros incidentes y construir una convivencia armoniosa entre personas y animales.

La prohibición de la comercialización de pitbulls en Ecuador y la obligación de reportarlos al Ministerio de Salud Pública demuestran la preocupación de las autoridades por el manejo responsable de esta raza. Sin embargo, la normativa por sí sola no es suficiente. Es necesario un compromiso real de los dueños para cumplir con las regulaciones y asegurar que sus mascotas no representen un peligro para la sociedad. La Ordenanza Municipal que regula la Protección, Tenencia y Control de la Fauna Urbana en Guayaquil establece claramente las normas para la tenencia de animales potencialmente peligrosos, incluyendo la obligatoriedad del uso de bozal y correa en espacios públicos. El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, y las autoridades deben ser inflexibles en la aplicación de las sanciones correspondientes. El bienestar de la comunidad debe prevalecer por encima de cualquier justificación.

Este incidente nos recuerda la fragilidad de la seguridad ciudadana y la importancia de la responsabilidad individual en la construcción de un entorno seguro para todos. Esperamos que la pequeña se recupere pronto, tanto física como emocionalmente, y que este lamentable suceso sirva para generar un cambio positivo en la forma en que concebimos la tenencia responsable de mascotas en nuestra sociedad.

Fuente: El Heraldo de México