
30 de junio de 2025 a las 05:50
Flossie se acerca: ¡Precauciones!
La amenaza de Flossie se cierne sobre el Pacífico mexicano, y la tensión se palpa en el aire. A medida que la tormenta tropical avanza inexorablemente hacia las costas de Guerrero, Michoacán, Colima y Jalisco, la incertidumbre crece en los corazones de los habitantes de estas regiones. La imagen de un paraíso tropical, con sus playas doradas y aguas cristalinas, se ve empañada por la sombra de un huracán inminente. Flossie, que hasta hace poco era una perturbación tropical sin nombre, ha cobrado fuerza rápidamente, alimentándose de las cálidas aguas del océano. Su evolución, de tormenta tropical a potencial huracán categoría 2 en cuestión de días, es un recordatorio brutal del poder de la naturaleza.
Las autoridades, conscientes del peligro, no han escatimado esfuerzos en la preparación. La presidenta Claudia Sheinbaum, con la firmeza que la caracteriza, ha alertado a la población sobre la inminente llegada de Flossie, instando a la calma y la prudencia. La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) trabaja sin descanso, monitoreando cada movimiento de la tormenta y emitiendo actualizaciones constantes para mantener a la población informada. La zona de vigilancia, que se extiende desde Zihuatanejo, Guerrero, hasta Cabo Corrientes, Jalisco, es un testimonio de la amplitud de la amenaza.
Las familias que viven en las zonas costeras, acostumbradas a la furia del océano, preparan sus hogares para el embate del viento y la lluvia. Se revisan los techos, se aseguran las ventanas y se almacenan provisiones. La experiencia de tormentas pasadas ha enseñado la importancia de la preparación. La solidaridad entre vecinos se fortalece en momentos como estos, y la ayuda mutua se convierte en un bálsamo ante la adversidad.
Los pescadores, guardianes ancestrales del mar, han regresado a puerto con sus embarcaciones. El rugido del océano, que normalmente es música para sus oídos, ahora es un presagio de peligro. Las redes, herramientas de su oficio, permanecen inactivas, a la espera de tiempos mejores. El puerto de Acapulco, otrora vibrante centro turístico, ha cerrado sus puertas al mar, protegiéndose de la furia de Flossie.
Las lluvias torrenciales, que ya se han empezado a sentir en algunas zonas, son un anticipo de lo que está por venir. La tierra, sedienta tras meses de sequía, recibirá con beneplácito la llegada del agua, pero la intensidad de las precipitaciones amenaza con desbordar ríos y causar inundaciones. Las laderas de las montañas, vulnerables a los deslaves, son motivo de especial preocupación. Las autoridades han desplegado equipos de rescate y han habilitado albergues para aquellos que necesiten evacuar sus hogares.
La incertidumbre se mantiene, pero la esperanza no se pierde. La resiliencia del pueblo mexicano, forjada en el crisol de la adversidad, se pondrá a prueba una vez más. La solidaridad, la preparación y la fe en un futuro mejor serán las herramientas que permitirán a las comunidades afectadas superar esta nueva prueba impuesta por la naturaleza. La vigilancia constante, la información precisa y la colaboración entre autoridades y ciudadanos serán claves para mitigar los efectos de Flossie y proteger lo más valioso: la vida humana.
Fuente: El Heraldo de México