
30 de junio de 2025 a las 17:10
Evita esta postura al hablar en público
El carisma, ese magnetismo personal que atrae e influye, no reside únicamente en las palabras que pronunciamos, sino en la sinfonía completa de nuestra comunicación. Mucho se habla del poder de la oratoria, de la construcción impecable de un discurso, pero ¿qué sucede cuando la postura corporal contradice el mensaje que intentamos transmitir? El fenómeno viral de Fernando Miralles en TikTok nos pone frente a un espejo, revelando un error común que puede sabotear incluso la presentación más pulida: la "postura de poder".
Imaginen la escena: un auditorio expectante, las luces se enfocan en el orador, quien, buscando proyectar seguridad, adopta la infame postura con las manos en la cintura. Si bien la intención puede ser la de transmitir firmeza, el resultado, como bien señala Miralles con su característico humor, puede ser el de un boxeador listo para el combate. Lejos de conectar con la audiencia, esta postura erige una barrera invisible, comunicando agresividad, rigidez e incluso arrogancia. La conexión emocional, tan crucial para una comunicación efectiva, se desvanece, reemplazada por una distancia que dificulta la recepción del mensaje.
La clave, como destaca el experto, reside en la naturalidad. No se trata de imitar poses forzadas, sino de encontrar una postura relajada, abierta y genuina. El lenguaje corporal debe ser un aliado, no un obstáculo. Practicar frente al espejo, grabarse en video o ensayar con personas de confianza nos permite tomar conciencia de nuestros gestos y corregir aquellos que transmiten un mensaje contrario al que buscamos. Visualicémonos como un canal abierto, receptivo y dispuesto a conectar con la audiencia. La confianza auténtica no necesita artificios; se irradia desde adentro hacia afuera, manifestándose en una postura cómoda y natural.
El video de Miralles, que ha resonado con miles de usuarios en TikTok, no solo identifica un error común, sino que también abre un espacio para la reflexión. ¿Cuántos de nosotros, de manera inconsciente, adoptamos posturas que nos alejan de nuestro público? Desde el ámbito empresarial hasta las interacciones cotidianas, la comunicación no verbal juega un papel crucial. Observar a nuestros colegas, jefes e incluso a nosotros mismos nos permitirá identificar estos patrones y corregirlos, favoreciendo una comunicación más efectiva y empática.
La oratoria no es un monólogo, sino un diálogo silencioso entre el orador y su audiencia. La postura corporal es la melodía que acompaña a las palabras, y una melodía discordante puede arruinar la sinfonía. Aprendamos a escuchar a nuestro cuerpo, a utilizarlo como un instrumento de conexión y a transmitir nuestro mensaje con autenticidad y naturalidad. El verdadero poder reside en la genuinidad, no en la imitación de poses impuestas. Como bien concluye Miralles: "Hablar en público no es solo decir cosas. Es también saber cómo las decimos". Y cómo las decimos se refleja, en gran medida, en la armonía de nuestra comunicación no verbal.
Fuente: El Heraldo de México