
30 de junio de 2025 a las 11:05
El Flamenco: Música sin límites
El flamenco, ese arte que nació del alma, de la guitarra, la voz y el compás de las palmas, ha evolucionado a lo largo de los años, abriéndose a un universo sonoro inimaginable. Recuerdo cuando la incorporación del cajón, un instrumento ajeno a la tradición flamenca, generó controversia, abriendo un debate sobre la pureza del género. Ese mismo debate se repitió con la llegada del bajo eléctrico y otros instrumentos. Sin embargo, esta apertura, lejos de desvirtuar el flamenco, lo enriqueció, otorgándole una libertad creativa que hoy celebramos.
Marta Robles, fundadora de Las Migas, ese cuarteto femenino que ha conquistado los corazones flamencos del mundo, lo define como un mundo amplio y diverso. Y cuánta razón tiene. Las Migas, pioneras en un género tradicionalmente masculino, son un ejemplo palpable de esa evolución y esa libertad. Con siete discos de estudio a sus espaldas y un Grammy Latino bajo el brazo, han demostrado que la esencia del flamenco puede convivir con otros géneros, enriqueciéndose mutuamente. Su último trabajo, "Flamencas," es una muestra de ello: bulerías, tangos, pop… una fusión de estilos que, sin embargo, mantiene el latido flamenco en cada nota. Es como un crisol donde se funden las influencias, las experiencias y las inquietudes de estas cuatro mujeres, creando una música única y auténtica.
El flamenco, como una semilla llevada por el viento, ha echado raíces en todos los rincones del planeta. Artistas como Rosalía, quien en sus inicios abrió conciertos para Las Migas, han contribuido a difundir este arte, despertando la curiosidad y la admiración de un público global. Y es que el flamenco tiene ese poder, esa magia que trasciende fronteras y culturas.
Pero la evolución no solo se da en la fusión de géneros. El flamenco más puro, el de la tradición, también está viviendo una época dorada. Artistas como Israel Fernández y Ángeles Toledano son un ejemplo de este resurgir, demostrando que la raíz sigue viva, fuerte y vibrante. Es como un ciclo, un eterno retorno a la fuente que nutre las nuevas creaciones.
Las letras del flamenco, ese lenguaje del alma, también han evolucionado. Ya no se limitan a cantar al amor y al desamor, sino que se hacen eco de las injusticias sociales, de la pobreza, de las guerras… Los artistas flamencos, como embajadores de su tiempo, utilizan su voz para denunciar, para concienciar, para conmover. Y es que el arte, en todas sus formas, tiene la capacidad de transformar la realidad.
Las Migas, con Marta Robles a la guitarra y compartiendo la creación con Paula Ramírez en la voz, Laura Pacios en el violín y Alicia Grillo en la segunda guitarra, son un reflejo de esta evolución constante, de esta búsqueda incesante de nuevos caminos dentro del respeto a la tradición. Su música es un viaje, una experiencia que nos invita a conectar con nuestras emociones más profundas. Es la voz del flamenco en el siglo XXI, una voz que sigue resonando con fuerza, pasión y autenticidad.
Fuente: El Heraldo de México