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30 de junio de 2025 a las 19:40

Despierta ICE: Ruido por migrantes

La creciente tensión en Los Ángeles por la presencia del ICE ha alcanzado un nuevo nivel. Ciudadanos se han organizado para llevar a cabo protestas nocturnas frente a los hoteles donde se alojan los agentes, bajo la consigna "No Sleep for ICE". El objetivo es claro: perturbar el descanso de los agentes mediante ruido constante, como una forma de protesta contra las redadas de inmigrantes indocumentados.

El epicentro de estas manifestaciones ha sido el hotel Home2 Suites by Hilton en Montebello, donde se ha visto a manifestantes golpeando sartenes, ollas, tambores y trompetas, creando una cacofonía que resuena en la noche. Las redes sociales se han convertido en la herramienta principal para convocar a más participantes, compartiendo videos de las protestas e información sobre las próximas acciones. La estrategia es sencilla pero efectiva: mantener la presión mediante la incomodidad sonora.

Verita Topete, líder del comité de inmigración del Centro CSO, ha asegurado que las protestas se desarrollan de forma pacífica, sin enfrentamientos con las autoridades. Describe un ambiente de resistencia creativa, donde la música y el baile se entremezclan con pancartas que proclaman "ICE no es bienvenido aquí". La imagen que pinta Topete contrasta con la habitual representación de las protestas: no se trata de un choque violento, sino de una expresión de descontento a través del sonido y la presencia constante.

La protesta a la que Topete asistió comenzó alrededor de las 8:30 pm, creciendo en intensidad con el paso de las horas hasta congregar a una multitud considerable. El apoyo de los automovilistas, que se unían a la protesta con el claxon de sus vehículos, amplificaba la resonancia de los megáfonos y las canciones tradicionales mexicanas. Esta sinergia entre manifestantes y conductores crea una imagen poderosa de solidaridad y resistencia colectiva. La protesta se extendió hasta las 3:00 am, demostrando la perseverancia de los participantes.

La iniciativa "No Sleep for ICE" se ha extendido a otros hoteles de Los Ángeles donde se hospedan agentes del ICE, forzando a algunos a abandonar sus alojamientos. Este éxito relativo ha impulsado aún más al comité organizador, que continúa difundiendo flyers en redes sociales con la información de las próximas protestas. El movimiento ha logrado generar un impacto mediático considerable, posicionando el debate sobre las políticas migratorias en el centro de la atención pública. El ruido, en este contexto, se convierte en un símbolo de la voz de una comunidad que se niega a ser silenciada.

Más allá de la molestia causada a los agentes del ICE, estas protestas ruidosas plantean interrogantes cruciales sobre los límites de la protesta social y el derecho a la tranquilidad. ¿Es legítimo perturbar el descanso de otros como forma de protesta? ¿Dónde se traza la línea entre la libertad de expresión y el respeto al espacio público? El debate está abierto y la respuesta, sin duda, será compleja y multifacética.

Mientras tanto, las noches en Los Ángeles siguen resonando con el eco de las ollas, los tambores y los claxones, un recordatorio sonoro de la tensión que se vive en la ciudad y de la lucha constante por los derechos de los inmigrantes. La incógnita ahora es si esta estrategia de "resistencia sonora" se extenderá a otras ciudades y se convertirá en una nueva forma de protesta social en el contexto de las políticas migratorias.

Fuente: El Heraldo de México