
30 de junio de 2025 a las 12:45
Descubre PAAX: Arte y justicia social
La magia del Festival Paax GNP 2025 resonó con fuerza en cada rincón del Foro Gran Tlachco, dejando una huella imborrable en los corazones de miles de asistentes. Más que un simple concierto, la clausura de esta cuarta edición se convirtió en una celebración del poder transformador del arte, una oda a la música como lenguaje universal que une, conmueve e inspira. Desde el primer acorde hasta el último suspiro de los instrumentos, la energía vibrante de la Orquesta Armonía Social, en perfecta sintonía con la maestría de La Orquesta Imposible, tejió una atmósfera de pura emoción.
Imaginen la escena: el sol acariciando el horizonte de la Riviera Maya, pintando el cielo con tonalidades cálidas y vibrantes, mientras las notas de la Sinfonía Familiar GNP se elevaban, entrelazándose con la brisa suave y el murmullo expectante del público. Familias enteras, melómanos de todas las edades, artistas y viajeros, todos unidos por la misma pasión, compartiendo un momento único e irrepetible. No eran meros espectadores, sino participantes activos de una experiencia sensorial que trascendía lo auditivo. Los aplausos resonaban con genuino entusiasmo, las sonrisas se dibujaban espontáneamente en los rostros y las lágrimas de emoción brotaban sin pudor, testimoniando el impacto profundo de la música en el alma humana.
Bajo la batuta de la talentosa Alondra de la Parra, la Orquesta Armonía Social brilló con luz propia. Niñas, niños y jóvenes de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, frutos de un proyecto de cuatro años de dedicación y esfuerzo, demostraron que la música no conoce fronteras ni limitaciones. Su talento innato, pulido con disciplina y pasión, se fusionó con la experiencia de músicos internacionales de la talla del pianista francés Thomas Enhco, creando una sinergia mágica que cautivó a todos los presentes. La directora, visiblemente emocionada, no solo dirigió la orquesta, sino que dirigió también un mensaje de esperanza y compromiso con la formación integral de las nuevas generaciones. “Un niño que forma parte de una orquesta”, explicó con convicción, “aprende a trabajar en equipo, a escuchar, a pensar de forma abstracta, a respetar los silencios y, sobre todo, a entender que el triunfo colectivo es más valioso que el individual.”
El programa musical, cuidadosamente seleccionado, fue un viaje a través de diferentes géneros y emociones. Desde los vibrantes ritmos de "Gershwin: La vida en azul", hasta el homenaje a la riqueza musical mexicana con las obras de Manuel Esperón, Arturo Márquez y el emblemático Huapango de José Pablo Moncayo, cada pieza resonó con fuerza y significado. El estreno mundial de “Así te veo Yucatán”, de la joven compositora María del Carmen Virgilio, miembro del programa Armonía Social, añadió un toque de frescura y talento emergente a la velada.
La emoción alcanzó su punto álgido con la interpretación del Huapango de Moncayo. Una ovación estremecedora, que comenzó incluso antes de la última nota, se apoderó del Foro Gran Tlachco. La energía desbordante del público se contagió a los bailarines del Ballet México Espectacular, quienes se unieron a la celebración en una explosión de color y movimiento. En ese preciso instante, la música logró lo que pocas veces se alcanza con tanta intensidad: unir generaciones, sensibilidades y orígenes diversos en una sola emoción compartida.
La participación del bailarín Robbie Fairchild y la cantante Neïma Naouri, con su lirismo y teatralidad, añadieron una nueva dimensión a la experiencia escénica, creando una atmósfera de ensueño que transportó a los asistentes a un mundo de belleza y armonía.
El Festival Paax GNP, con sus nueve días de conciertos orquestales, galas de ballet, sesiones de jazz, estrenos internacionales y propuestas innovadoras como el Concierto para tap y orquesta, se consolida como un referente cultural a nivel nacional. Más que un festival, es una experiencia transformadora que celebra la excelencia artística y el compromiso social, demostrando que la música, en su esencia más pura, tiene el poder de construir un mundo mejor.
Por Azaneth Cruz.
Fuente: El Heraldo de México