
1 de julio de 2025 a las 02:00
¿Alexis y Cinthia en crisis?
En un mundo obsesionado con las etiquetas y el lujo, la actriz Cinthia Aparicio, esposa de Alexis Ayala, emerge como un soplo de aire fresco. Sus recientes declaraciones sobre su afición por la ropa de segunda mano, desde bazares y tiendas vintage hasta el vibrante mercado de Tepito, han generado una ola de comentarios y admiración. Aparicio, lejos de sucumbir a la presión de las marcas de renombre, prioriza la autenticidad y la comodidad, demostrando que el verdadero estilo no se compra con dinero, sino que se construye con personalidad.
"A mí me encanta lo clásico, lo elegante", afirma con convicción, desmitificando la idea de que la elegancia está reservada exclusivamente a las prendas de diseñador. Su búsqueda de tesoros escondidos en lugares inesperados revela una pasión por la individualidad y una clara comprensión de que la ropa es una forma de expresión, no un indicador de estatus social. "Yo compro donde me guste", continúa, "ya sea un bazar, algo vintage o incluso Tepito. Lo importante es cómo te sientes tú". Esta declaración, tan sencilla como poderosa, resuena con fuerza en una sociedad donde a menudo nos dejamos llevar por la corriente de las tendencias impuestas.
La seguridad en sí misma, según Aparicio, es la clave para lucir cualquier prenda, por costosa que sea. "Puedes traer un vestido carísimo, pero si no lo luces con seguridad y no te sientes tú, no sirve de nada", reflexiona. Sus palabras nos invitan a cuestionar la verdadera importancia de la ropa y a priorizar nuestra propia percepción sobre la opinión ajena. Para ella, la magia reside en encontrar piezas únicas con historia, como las que descubre en las tiendas vintage que tanto le apasionan. "Allá existen tiendas vintage increíbles, y me encanta encontrar piezas únicas con historia", comparte con entusiasmo.
Su inquisitiva naturaleza y su gusto por lo original la llevan a explorar mercados populares como Tepito y La Lagunilla. "Ya fui a Tepito, quiero ir a La Lagunilla; nos estamos mudando, quiero ver unas piezas exóticas que ahí tienen", confiesa, demostrando una apertura y una curiosidad que rompen con los estereotipos asociados al mundo del espectáculo. No se trata solo de encontrar prendas únicas, sino de vivir la experiencia, de sumergirse en la cultura y de conectar con la energía de estos lugares.
Además de su pasión por la moda, Cinthia Aparicio demuestra una conciencia social y un compromiso con la sostenibilidad. Su práctica de donar, vender a precios accesibles o compartir su ropa con familiares y amigos, refleja una filosofía de consumo responsable y una creencia en el ciclo de la ropa. "Siempre hago eso; no públicamente; pero siempre dono mi ropa a mis primas, vendo la ropa a muy bajo precio, casi siempre es gente muy cercana que conozco, la dono, creo en las segundas oportunidades de la ropa", concluye. En un mundo donde la industria textil genera un impacto ambiental considerable, la actitud de Aparicio se presenta como un ejemplo a seguir.
Su versatilidad y compromiso con su profesión como actriz la llevan a abrazar transformaciones físicas sin reservas. "Como actriz tienes que dejarte hacer, si me tienen que cortar el cabello, cambiar físicamente, porque hay papeles que te retarán y a mí me gusta eso", reveló en una entrevista, dejando en claro su dedicación y pasión por la interpretación.
En definitiva, Cinthia Aparicio se consolida como un icono de autenticidad en un mundo que a menudo prioriza las apariencias. Su mensaje de autoconfianza, su compromiso con el consumo responsable y su pasión por la individualidad inspiran a replantear nuestra relación con la moda y a abrazar nuestro propio estilo, sin importar las etiquetas ni las tendencias. Y en México, donde la cultura de la "paca" está en auge, la postura de Aparicio sin duda resonará con fuerza, demostrando que el estilo y la conciencia pueden ir de la mano.
Fuente: El Heraldo de México