
29 de junio de 2025 a las 23:05
Tragedia en Juárez: 381 cuerpos sin reclamar
El hedor que se cernía sobre Ciudad Juárez, un olor nauseabundo que muchos atribuían a alguna granja porcina cercana, ocultaba una realidad mucho más siniestra. Lo que inicialmente parecía una denuncia ciudadana común, se transformó en una macabra revelación que ha conmocionado a la comunidad fronteriza: un crematorio, aparentemente legal, albergaba en su interior un escalofriante número de cuerpos en estado de putrefacción, a la espera de ser reducidos a cenizas.
La cifra inicial de 10 cadáveres, descubierta tras la denuncia, palidece ante la magnitud del horror que las autoridades encontraron al adentrarse en el lugar. La Fiscalía, tras una exhaustiva inspección, ha confirmado la presencia de 381 cuerpos, una cantidad abrumadora que ha desatado una ola de interrogantes y ha puesto en tela de juicio los protocolos de operación de este establecimiento.
Si bien el crematorio contaba con los permisos necesarios y prestaba servicios a diversas funerarias de la ciudad, la acumulación desmesurada de cadáveres es un hecho que exige una profunda investigación. ¿Cómo es posible que un número tan elevado de cuerpos aguardara su turno para la cremación? ¿Acaso las familias de los fallecidos estaban al tanto de esta situación? ¿Se les informó sobre los retrasos, o se les ocultó la verdad tras un velo de burocracia y excusas?
La sospecha de que este crematorio pudiera haber estado operando al margen de la ley, realizando cremaciones ilegales, se cierne como una sombra ominosa sobre este caso. La lógica dicta que un crematorio, por su propia naturaleza, no debería acumular tal cantidad de cuerpos. Existen protocolos y tiempos establecidos para la entrega de las cenizas a los familiares, tiempos que, en este caso, parecen haber sido ignorados por completo.
Este macabro hallazgo abre la puerta a una serie de inquietantes posibilidades. ¿Es posible que entre esos 381 cuerpos se encuentren personas desaparecidas, víctimas de la violencia que azota a la región? ¿Se trata de un caso de negligencia criminal, o de algo mucho más oscuro y complejo?
La Fiscalía tiene ante sí la ardua tarea de identificar a cada uno de los fallecidos, determinar la causa de muerte y esclarecer las circunstancias que llevaron a esta acumulación sin precedentes de cuerpos en el crematorio. Se requiere una investigación exhaustiva, transparente y apegada a la justicia, que no deje cabos sueltos y que brinde respuestas a las familias que, angustiadas, buscan a sus seres queridos. La comunidad de Ciudad Juárez exige saber la verdad, y las autoridades tienen la obligación de revelarla. El hedor de la muerte, que se ocultaba tras la fachada de un crematorio legal, ha destapado una cloaca de irregularidades que deben ser investigadas a fondo. La justicia y la verdad son las únicas herramientas capaces de disipar la sombra de la impunidad que se cierne sobre este caso.
La incertidumbre y el dolor de las familias que esperan noticias de sus seres queridos se suman a la indignación de una comunidad que exige respuestas. ¿Qué mecanismos de control fallaron para permitir que esta situación se prolongara durante tanto tiempo? ¿Quiénes son los responsables de esta atrocidad? Estas son algunas de las preguntas que resuenan en las calles de Ciudad Juárez, mientras la investigación continúa su curso, con la esperanza de arrojar luz sobre este oscuro episodio y llevar a los culpables ante la justicia.
Fuente: El Heraldo de México