La tormenta tropical Flossie mantiene en vilo a las costas guerrerenses, generando una atmósfera de cautela y preparación ante la inminente llegada de lluvias intensas. Veintisiete municipios de las regiones Acapulco, Costa Chica y Costa Grande se encuentran bajo estricta vigilancia, mientras las autoridades estatales despliegan un operativo preventivo para salvaguardar la integridad de la población.

La gobernadora Evelyn Salgado ha confirmado la activación de protocolos de seguridad, destacando la labor anticipada de los equipos de Protección Civil y las brigadas desplegadas estratégicamente en el territorio. "Estamos preparados para atender cualquier situación", afirmó la mandataria a través de sus redes sociales, exhortando a la ciudadanía a mantenerse informada y a extremar precauciones, especialmente durante la tarde, cuando se prevé una intensificación de las precipitaciones.

En Acapulco, corazón turístico del estado, se ha tomado la decisión de suspender la movilidad a partir de las 17:00 horas. Esta medida, sin duda drástica pero necesaria, busca proteger a los habitantes de los fuertes vientos que podrían alcanzar los 90 kilómetros por hora. Imaginen la fuerza de la naturaleza azotando la bahía, las olas rompiendo con furia contra la costa, las palmeras inclinándose ante la embestida del viento… un escenario que las autoridades buscan evitar a toda costa.

Mientras tanto, en las tres regiones costeras bajo vigilancia, elementos de Tránsito y Policía Estatal recorren las calles, no solo para supervisar el cumplimiento de las medidas de seguridad, sino también para brindar apoyo a la población. Su presencia en las colonias, avenidas y zonas turísticas, ofrece una sensación de tranquilidad en medio de la incertidumbre. Casa por casa, entregan material informativo con recomendaciones para afrontar la contingencia, mientras que el sonido de las sirenas y los altavoces de los vehículos oficiales rompen el silencio, recordando la importancia de la prevención.

El cierre a la navegación para todo tipo de embarcaciones es otra medida crucial que busca proteger la vida de los pescadores y de quienes se aventuran en las aguas del Pacífico. El mar, generalmente tranquilo y fuente de sustento para muchos, se convierte en un gigante embravecido durante las tormentas, un peligro latente que exige respeto y prudencia. La prohibición, aunque temporal, es un recordatorio de la fuerza indomable de la naturaleza.

La solidaridad y la cooperación son fundamentales en estos momentos. Vecinos ayudando a vecinos, familias preparándose juntas, autoridades y ciudadanos trabajando en conjunto para minimizar los riesgos. Flossie, aunque amenaza con su furia, también pone a prueba la resiliencia de los guerrerenses, su capacidad de adaptación y su espíritu de comunidad. Mantengámonos unidos, informados y preparados. La tormenta pasará, y Guerrero, como siempre, se levantará.