La repentina y trágica muerte de Valeria Márquez continúa generando conmoción y especulaciones en redes sociales. Un video rescatado de sus transmisiones en vivo, grabado apenas dos semanas antes del fatídico 13 de mayo, ha avivado la llama del misterio. En la grabación, una Valeria visiblemente nerviosa confiesa sentir taquicardia y una inquietante premonición: "Me estoy muriendo". Si bien estas palabras podrían atribuirse a un malestar pasajero, la sombra de la tragedia las reviste de una nueva y escalofriante significación. ¿Fue acaso una premonición? ¿Intuía Valeria el peligro que la acechaba?

El video, que originalmente mostraba a la influencer interactuando con sus seguidores desde la piscina en compañía de sus tíos y socios, Armando y Moi, toma un giro inesperado cuando Valeria comienza a mostrar signos de angustia. La imagen de una joven vibrante y llena de vida contrasta dramáticamente con la inquietud que refleja su rostro. Muerde nerviosamente sus uñas, su respiración se agita y la confesión de taquicardia deja entrever una profunda perturbación. A pesar de las peticiones de sus seguidores para que continuara la transmisión, Valeria decide abruptamente finalizarla, dejando una sensación de desasosiego entre quienes la seguían.

Este nuevo fragmento, sumado a las imágenes ya conocidas de la transmisión en vivo desde su estética en Zapopan, Jalisco, donde se perpetró el crimen, construye un relato fragmentado y lleno de interrogantes. ¿Qué sucedió en las dos semanas que separan la angustiosa premonición del fatal desenlace? ¿Estaba Valeria siendo amenazada? ¿Había indicios que pasó por alto? La falta de respuestas concretas por parte de las autoridades alimenta las teorías y especulaciones en redes sociales, donde los hashtags #JusticiaParaValeria y #ForeverValeriaMarquez se mantienen como un grito desesperado por la verdad.

Las líneas de investigación apuntan a diferentes direcciones, incrementando la complejidad del caso. Desde la presencia de un repartidor y una empleada en el momento del crimen, hasta la enigmática figura de Vivian de la Torre, la amiga que le pidió a Valeria que no se retirara de su local momentos antes del ataque, cada detalle se convierte en una pieza de un rompecabezas difícil de armar. La posible implicación de una ex pareja de la influencer añade otra capa de intriga a la historia, dejando en evidencia la compleja red de relaciones que rodeaba la vida de Valeria.

La Fiscalía de Jalisco mantiene un hermético silencio, alimentando la incertidumbre y la frustración de quienes exigen justicia. La falta de una orden de aprehensión, a pesar de las diferentes líneas de investigación, genera desconfianza y reaviva la necesidad de respuestas. Mientras tanto, la imagen de Valeria, llena de vida y sueños truncados, permanece como un doloroso recordatorio de la violencia que azota a nuestra sociedad. El caso de Valeria Márquez se convierte así en un símbolo de la lucha contra la impunidad y la búsqueda incansable de la verdad. ¿Se hará justicia? ¿Lograrán las autoridades desentrañar la oscura trama que se esconde detrás de este trágico suceso? El tiempo, y la exhaustiva investigación, tendrán la última palabra.