Monterrey se viste de gala para honrar a uno de sus hijos predilectos. Don Tomás González Sada, un nombre que resuena con fuerza en el ámbito empresarial y filantrópico de la ciudad, ha sido reconocido con la Medalla al Mérito Emprendedor Lorenzo Zambrano, un galardón que no solo celebra el éxito en los negocios, sino también el compromiso con el desarrollo social y la construcción de un mejor futuro para la comunidad. El alcalde Adrián de la Garza, en un emotivo discurso, destacó la figura de González Sada como un verdadero pilar del crecimiento económico de Monterrey, una ciudad que hoy se erige como un motor industrial a nivel nacional gracias, en parte, a la visión y el trabajo incansable de empresarios como él.

Más allá de los logros empresariales, que son innegables al frente de Celulosa y Derivados (CYDSA), la trayectoria de Don Tomás brilla con luz propia por su profundo sentido de responsabilidad social. Su participación activa en la Fundación Martínez Sada, brindando oportunidades educativas a jóvenes talentosos que carecen de recursos, es un testimonio de su compromiso con la formación de las futuras generaciones. Su labor en Cáritas Monterrey, ofreciendo apoyo y esperanza a los más necesitados, revela un corazón generoso y una convicción inquebrantable en la importancia de la solidaridad.

El Gran Salón del Casino Monterrey, testigo de innumerables eventos históricos, se convirtió en el escenario perfecto para esta ceremonia de reconocimiento. Ante la mirada atenta del Ayuntamiento en pleno, Don Tomás González Sada recibió la medalla y el diploma que lo acreditan como un ejemplo a seguir, un líder que ha sabido conjugar la visión empresarial con la responsabilidad social.

Pero el reconocimiento no es solo un premio a la trayectoria, sino también una invitación a seguir construyendo. En sus palabras de agradecimiento, Don Tomás invocó la figura del ingeniero Lorenzo Zambrano, cuyo nombre engalana el premio, como una fuente de inspiración para continuar trabajando por un México con mayores oportunidades para todos. Su llamado a la participación activa de los empresarios en la construcción de un futuro más próspero resonó con fuerza en el auditorio, dejando una huella de esperanza y compromiso.

La historia de Don Tomás González Sada es un ejemplo inspirador para todos. Demuestra que el éxito empresarial no solo se mide en cifras y balances, sino también en el impacto positivo que se genera en la comunidad. Es un recordatorio de que la visión de negocios y la responsabilidad social pueden ir de la mano, creando un círculo virtuoso que impulsa el desarrollo económico y el bienestar social. Su legado, sin duda, seguirá inspirando a las futuras generaciones de emprendedores y líderes a construir un Monterrey y un México más próspero y equitativo. Un legado que se escribe no solo con tinta y papel, sino con acciones concretas que transforman vidas y construyen un futuro mejor para todos.