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28 de junio de 2025 a las 03:00
Motos en Viaducto y Periférico: ¿Carriles compartidos?
La convivencia entre distintos tipos de vehículos en las vías de la Ciudad de México se ha convertido en un tema crucial, especialmente con el auge de las motocicletas como medio de transporte. Muchos motociclistas, buscando agilizar sus traslados, recurren a la práctica del "filtrado", es decir, avanzar entre los carriles de vehículos detenidos. Si bien esta práctica puede parecer una solución eficiente en situaciones de tráfico denso, es fundamental entender las regulaciones que la rigen para evitar sanciones y, sobre todo, proteger la seguridad de todos los usuarios de la vía.
El Reglamento de Tránsito de la CDMX, en su Artículo 21, establece las condiciones bajo las cuales el filtrado es permitido. La clave reside en dos requisitos fundamentales: la presencia de un semáforo que marque el alto total y una velocidad máxima de 30 km/h por parte del motociclista. Ambos requisitos deben cumplirse simultáneamente; de lo contrario, la maniobra se considera una infracción.
Es aquí donde surge la confusión y, a menudo, la controversia. Muchos motociclistas interpretan el Artículo 21 de manera aislada, sin considerar las características específicas de las vías de acceso controlado como Periférico o Viaducto. En estas vialidades, aunque puedan existir semáforos en algunos tramos, la dinámica de circulación difiere significativamente de las calles y avenidas convencionales. La alta velocidad y el flujo constante de vehículos hacen que el filtrado, incluso a baja velocidad, represente un riesgo considerable tanto para los motociclistas como para los demás conductores.
Además, la señalética específica para motocicletas, como las áreas de espera delimitadas antes de los pasos peatonales, refuerza la idea de que el Reglamento busca ordenar y proteger a los motociclistas, brindándoles un espacio seguro para iniciar la marcha y ganar visibilidad. Estas áreas de espera no existen en los carriles centrales de vías rápidas, precisamente porque el filtrado no está contemplado en esos espacios.
Imaginemos la escena: un motociclista filtrando a 30 km/h entre autos detenidos en Periférico. De repente, un automovilista decide cambiar de carril sin percatarse de la presencia de la motocicleta. Las consecuencias podrían ser devastadoras. Precisamente por este tipo de riesgos, el Reglamento establece restricciones claras para el filtrado en vías de alta velocidad.
La multa por infringir esta norma no es un tema menor. Va desde los mil 131 pesos hasta los dos mil 262 pesos, una cantidad considerable que refleja la gravedad de la falta. Pero más allá de la sanción económica, lo importante es comprender que el Reglamento de Tránsito busca, ante todo, preservar la vida y la integridad física de todos.
Por ello, es fundamental que los motociclistas conozcan a fondo las regulaciones y las apliquen con responsabilidad. La agilidad y la eficiencia de la motocicleta no deben ser pretexto para poner en riesgo la propia seguridad y la de los demás. Informarse, respetar las normas y conducir con precaución son las claves para una convivencia vial armoniosa y segura en la Ciudad de México. Recordemos que el objetivo final es llegar a nuestro destino sanos y salvos, y para ello, la prudencia y el respeto a las normas son imprescindibles.
Fuente: El Heraldo de México