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28 de junio de 2025 a las 09:10
Despierta, no "woke": La verdad de la izquierda.
La filósofa Susan Neiman ha lanzado un dardo incendiario al corazón del debate político contemporáneo con su obra "Izquierda no es Woke". Neiman, con la pluma afilada de una polemista experimentada, disecciona lo que ella considera una deriva preocupante dentro de la izquierda, un alejamiento de los principios ilustrados que, según argumenta, la han definido históricamente. Su análisis se centra en la confrontación entre una izquierda arraigada en el universalismo, la justicia y la creencia en el progreso, y lo que denomina el movimiento "woke", caracterizado por el particularismo, la obsesión con el poder y un fatalismo que lastra cualquier esperanza de futuro.
Neiman no se anda con rodeos. Con una prosa vibrante y apasionada, denuncia la tendencia "tribal" –en sus propias palabras– que permea ciertos sectores de la izquierda actual. Señala con el dedo acusador prácticas que considera incompatibles con la libertad de expresión, los derechos humanos y el mismo racionalismo, pilares fundamentales del pensamiento ilustrado. La autora no duda en trazar una genealogía, por momentos polémica, que conecta las raíces filosóficas de esta deriva con corrientes tan dispares como el nazismo, el relativismo y la psicología evolutiva. Una conexión audaz que, sin duda, generará controversia y debate en los círculos intelectuales.
La obra de Neiman es, ante todo, una llamada a la reflexión. Una invitación a reevaluar los fundamentos mismos de la izquierda en un contexto marcado por la polarización y la creciente complejidad de los desafíos globales. Su defensa apasionada de los ideales ilustrados, de la aspiración a valores comunes y de la capacidad de la acción colectiva para impulsar el cambio social, resuena con fuerza en una época dominada por el cinismo y la desesperanza. Neiman nos insta a recuperar la fe en el progreso moral, a no sucumbir a la tentación del fatalismo y a construir un futuro más justo y equitativo para todos.
Sin embargo, la contundencia de su argumentación no está exenta de críticas. Algunos analistas consideran que su caracterización del movimiento "woke" resulta simplista y caricaturesca, que agrupa bajo una misma etiqueta un conjunto heterogéneo de posiciones y perspectivas. Se cuestiona, asimismo, la validez de sus genealogías intelectuales, consideradas por algunos como forzadas e incluso risibles. La conexión que establece entre la biología evolutiva y movimientos como #DefundThePolice, o entre Carl Schmitt y el movimiento trans, ha levantado más de una ceja en el ámbito académico.
Pese a estas críticas, la obra de Neiman no puede ser ignorada. Su diagnóstico, aunque quizás parcial, pone el dedo en la llaga de algunas contradicciones y tensiones que atraviesan la izquierda contemporánea. Su llamado a recuperar los principios ilustrados, a abrazar el universalismo y a no renunciar a la esperanza en el progreso, constituye un aporte valioso al debate político actual. Un debate que, sin duda, se verá enriquecido por la provocación intelectual que representa "Izquierda no es Woke". Un libro que invita a la reflexión, a la crítica y, sobre todo, a la búsqueda de un camino que permita a la izquierda recuperar su vitalidad y su capacidad transformadora. Un camino que, como señala Neiman, debe estar guiado por la razón, la justicia y la búsqueda incansable de un futuro mejor para todos.
El análisis de Bravo Regidor, por su parte, reconoce el valor de la llamada de atención de Neiman, coincidiendo en la necesidad de ideas más ambiciosas y atractivas para la izquierda. Sin embargo, apunta a la necesidad de una mirada más compleja y generosa, que evite las simplificaciones y las caricaturas. Una mirada capaz de comprender las diversas corrientes que conviven dentro de la izquierda, sus contradicciones y sus potencialidades. Una mirada que, en definitiva, permita construir un diálogo fructífero y avanzar hacia un futuro más justo y equitativo para todos. La crítica de Bravo Regidor, si bien reconoce la importancia de la obra de Neiman, nos invita a ir más allá de la crítica superficial y a profundizar en la complejidad del debate político actual. Nos invita a construir puentes en lugar de muros, a escuchar en lugar de descalificar, y a trabajar juntos en la construcción de un futuro mejor.
Fuente: El Heraldo de México