La tristeza de Victoria Ruffo es palpable. Imaginen la escena: una de las reinas indiscutibles de la telenovela mexicana, con esa mirada que ha cautivado a millones, ahora empañada por la desilusión. La oportunidad de unirse a un homenaje a su propio legado, un tributo vibrante y moderno orquestado por la mismísima Karol G, se esfumó entre los apretados horarios de la actriz. Y para colmo de males, ¡la reprimenda de Victoria Fayad! Una escena digna de una telenovela, con reproches cargados de cariño y un toque de humor familiar.

Dos llamadas perdidas. Dos oportunidades que se desvanecieron como el humo. La hermana de Karol G, en una misión casi imposible, intentó coordinar la participación de Ruffo en el videoclip de "Tropicueta". Pero el teatro, ese fiel compañero de la actriz, demandaba su presencia. La imposibilidad de estar en dos lugares a la vez, una realidad que incluso las estrellas de la televisión deben enfrentar. El intento de Ruffo por reorganizar su agenda, el breve resumen del proyecto que le hicieron, todo pintaba un escenario prometedor. Pero al final, el tiempo, implacable, dictó sentencia.

Y aquí es donde entra en escena la hija de Victoria, como un personaje secundario que roba cámara. Con la irreverencia propia de la juventud, increpó a su madre por dejar pasar la oportunidad. "¿Cómo te atreves?", le espetó, incrédula. Para ella, Karol G es un ícono, una figura omnipresente en el panorama musical actual. Y su madre… ¿quién era Karol G? La confesión de Ruffo, con una mezcla de ingenuidad y humor, desató la lección musical improvisada. Su hija, armada con la melodía de "Si antes te hubiera conocido", se encargó de presentarle a la estrella colombiana.

Imaginen la escena: madre e hija, unidas por la música, en un momento de complicidad que trasciende la diferencia generacional. La regañina, más que un reproche, fue una muestra de admiración por la artista colombiana. Y la pena de Ruffo, sincera y profunda, deja la puerta abierta a futuras colaboraciones. ¿Se imaginan un videoclip con ambas? Sería un encuentro épico, la unión de dos mundos, dos generaciones, dos reinas en sus respectivos dominios.

Pero la historia no termina aquí. La sombra de la polémica, como un villano recurrente en cualquier buen drama, se cierne sobre la conversación. El caso de Sasha Sokol y Luis de Llano, un tema delicado que Ruffo prefiere abordar con cautela. "La justicia es la justicia", sentencia, con la misma firmeza que la caracteriza en sus personajes. Una frase corta, pero cargada de significado, que deja entrever su postura ante la situación.

En fin, una entrevista que nos muestra las diferentes facetas de Victoria Ruffo: la actriz comprometida con su trabajo, la madre que aprende de su hija, la mujer que se mantiene al margen de las polémicas, pero que a la vez, reconoce la importancia de la justicia. Una historia que, como cualquier buena telenovela, nos deja con ganas de más.