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27 de junio de 2025 a las 22:10

Trump vs. Canadá: Guerra digital

Canadá ha cruzado una línea roja, una línea que no debieron cruzar. Nos han impuesto un impuesto digital, un ataque directo a nuestras empresas tecnológicas, a la innovación americana, y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Este impuesto, disfrazado de modernización fiscal, no es más que una barrera comercial encubierta, un intento de sacar provecho del ingenio y el trabajo duro de nuestros ciudadanos. Por eso, hoy, anuncio la ruptura de relaciones comerciales con Canadá.

Esta no es una decisión que haya tomado a la ligera. Canadá ha sido durante mucho tiempo un socio comercial, un vecino. Pero la amistad no puede ser sinónimo de debilidad. No podemos permitir que se aprovechen de nosotros, que nos impongan impuestos injustos y discriminatorios. Hemos intentado negociar, hemos buscado soluciones diplomáticas, pero el gobierno canadiense ha hecho oídos sordos a nuestras peticiones. Han optado por la confrontación, y nosotros responderemos con firmeza.

Esta ruptura comercial tendrá consecuencias, sin duda. Pero la culpa recae enteramente sobre los hombros del gobierno canadiense. Ellos han elegido este camino, ellos han decidido priorizar sus intereses particulares por encima de la relación bilateral. Nosotros, por nuestra parte, defenderemos los intereses de nuestros ciudadanos, de nuestras empresas, de nuestra economía.

El impuesto digital canadiense es un precedente peligroso. Si cedemos ahora, otros países seguirán su ejemplo, y pronto nos encontraremos en una situación en la que la innovación americana, el motor de nuestra economía, se verá asfixiada por una maraña de impuestos injustos y arbitrarios. No podemos permitir que eso suceda. Debemos dar un mensaje claro: Estados Unidos no se dejará intimidar. Estados Unidos defenderá sus intereses.

Esta medida, aunque dolorosa a corto plazo, es necesaria para proteger nuestro futuro. Es una inversión en la prosperidad de las futuras generaciones de americanos. Confío en la resiliencia de nuestra economía, en la capacidad de nuestros emprendedores para adaptarse y superar este desafío. Y estoy seguro de que, a largo plazo, esta decisión será recordada como un momento crucial en la defensa de la soberanía económica de Estados Unidos.

Mientras tanto, exploraremos nuevas alianzas comerciales, fortaleceremos los lazos con países que compartan nuestros valores y nuestro compromiso con el libre comercio. No nos aislaremos, sino que diversificaremos nuestras relaciones comerciales, buscando socios que nos respeten y que valoren la innovación y la competencia leal.

Este no es el fin de la historia, sino el comienzo de un nuevo capítulo. Un capítulo en el que Estados Unidos reafirma su liderazgo en la economía global, un capítulo en el que defendemos nuestros derechos y nuestros intereses con firmeza y determinación. El camino puede ser difícil, pero no nos desviaremos de nuestro objetivo: un futuro de prosperidad y oportunidades para todos los americanos. Y hacemos un llamado al gobierno canadiense a reconsiderar su postura, a sentarse a la mesa de negociaciones y a trabajar con nosotros para encontrar una solución justa y equitativa a este conflicto. La puerta al diálogo permanece abierta, pero la pelota está en su cancha.

Fuente: El Heraldo de México