Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Salud

27 de junio de 2025 a las 06:45

Tránsito al poniente SLP: ¿Qué pasa?

La tensión se palpa en el aire de San Luis Potosí. La Glorieta Francisco González Bocanegra, usualmente un punto neurálgico del ir y venir citadino, se ha convertido en el escenario de una protesta que refleja la incertidumbre y la frustración de los empleados sindicalizados del Hospital Central. Su voz, amplificada por la unión y la necesidad, resuena en el bloqueo de la avenida Venustiano Carranza, justo frente al imponente Hospital Regional de Alta Especialidad, un contraste simbólico entre la promesa de atención médica de vanguardia y la precariedad que denuncian quienes antes servían en el ahora transferido Hospital Central Ignacio Morones Prieto.

No se trata de una simple manifestación. Es el clamor de quienes, tras la transición al IMSS-Bienestar, sienten que sus derechos laborales se han desvanecido en un laberinto burocrático. Pagos atrasados de prestaciones que representan el sustento de sus familias, un hostigamiento laboral que mina su dignidad y profesionalismo, son las razones que los han llevado a tomar esta medida drástica. Han agotado las instancias de diálogo, han extendido la mano en busca de acuerdos, pero la respuesta, según denuncian, ha sido el silencio o la evasiva.

La sombra de la incertidumbre se extiende sobre el futuro de estos trabajadores. La transición al IMSS-Bienestar, un proceso que en teoría buscaba fortalecer la atención médica pública, ha generado, al menos en este caso, una profunda brecha entre las promesas y la realidad. Las familias de los afectados viven en vilo, preguntándose cómo cubrirán sus necesidades básicas, cómo enfrentarán los compromisos económicos que la vida impone.

El Gobierno del Estado, en un intento por mediar en la situación, ha declarado que las gestiones para resolver las demandas ya están en marcha. Aseguran haber mantenido una comunicación constante con el Gobierno Federal, presentando documentos y participando en reuniones de trabajo que buscan destrabar el conflicto. Sin embargo, la palpable desesperación de los manifestantes revela la urgencia de una solución concreta, de acciones que trasciendan el discurso y se materialicen en resultados tangibles.

Mientras tanto, el bloqueo continúa. El tráfico se desvía, la ciudad se adapta a la interrupción, pero la pregunta persiste: ¿cuánto tiempo tendrán que esperar estos trabajadores para que sus voces sean escuchadas? ¿cuándo se traducirán las promesas gubernamentales en la restitución de sus derechos? La Glorieta Francisco González Bocanegra se convierte así en un símbolo de la lucha por la justicia laboral, en un recordatorio de que detrás de las estadísticas y los grandes anuncios, hay personas reales con necesidades reales que merecen ser atendidas.

La situación actual no solo afecta a los trabajadores y sus familias, sino que también impacta en la percepción de la ciudadanía sobre la transición al IMSS-Bienestar. La eficiencia y la transparencia de este proceso se ponen en tela de juicio, generando interrogantes sobre la capacidad del sistema para garantizar los derechos laborales de sus empleados. Es crucial que se establezca un canal de comunicación claro y efectivo entre las autoridades y los trabajadores, que permita abordar las demandas de manera justa y oportuna, y que restaure la confianza en un proceso que, en principio, buscaba mejorar la salud pública en el Estado. El tiempo corre, y la solución no puede esperar.

Fuente: El Heraldo de México