La sombra de la impunidad se cierne una vez más sobre el laberíntico barrio de Tepito, en el corazón palpitante de la Ciudad de México. Un nuevo video, crudo y violento, ha incendiado las redes sociales, mostrando la furia contenida de los comerciantes que, hartos de la presunta reincidencia de dos mujeres acusadas de robo, decidieron tomar la justicia en sus propias manos. Las imágenes, grabadas por los propios locatarios, exhiben una escena dantesca: dos mujeres, una vestida con sudadera y pants azul, la otra con sudadera rosa y pantalón de mezclilla, son sometidas y golpeadas brutalmente por una turba enardecida.

El clamor de los comerciantes resuena en cada golpe, en cada jalón de cabello. Argumentan estar cansados del ciclo interminable de robos, detenciones y liberaciones. Según sus testimonios, las supuestas ladronas han sido entregadas en repetidas ocasiones a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), pero regresan a las calles de Tepito como si nada hubiera ocurrido. ¿Es la desesperación la que los ha llevado a este extremo? ¿La falta de respuesta de las autoridades ante sus denuncias? Estas preguntas flotan en el aire, cargadas de la frustración que se respira en cada puesto del mercado.

El video, que dura poco más de un minuto, muestra cómo una de las mujeres es arrastrada por el cabello, pateada en el suelo mientras su cómplice recibe una lluvia de golpes. La violencia escala a un nuevo nivel cuando, en un acto que evoca castigos medievales, comienzan a cortarle el cabello a una de las acusadas. Un acto simbólico, quizás, para marcarlas, para humillarlas, para que recuerden las consecuencias de sus actos. La otra mujer, rodeada por cuatro comerciantes, permanece sometida en el piso, esperando su turno, su propio castigo. La escena es interrumpida por la intervención de algunos hombres que intentan detener la brutal agresión.

La incertidumbre se suma al caos. Hasta el momento, no existe confirmación oficial de que las mujeres hayan cometido algún robo. La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México guarda silencio, sin emitir un posicionamiento oficial sobre este acto de justicia por propia mano. El vacío informativo alimenta la especulación, la indignación y el debate en las redes sociales.

¿Justicia o barbarie? ¿Desesperación o salvajismo? Las opiniones se dividen, polarizándose entre quienes justifican la acción de los comerciantes, argumentando que están defendiendo su patrimonio, y quienes condenan la violencia, recordando que nadie está por encima de la ley. El video, viralizado en diversas plataformas, se convierte en un espejo que refleja la compleja realidad de Tepito, un barrio donde la informalidad y la delincuencia se entrelazan en un nudo difícil de desatar. Un barrio donde la justicia, a veces, parece tener el rostro de la venganza.

Mientras tanto, en el corazón de Tepito, la vida continúa su curso, entre el bullicio del mercado y la sombra de la impunidad. La pregunta sigue resonando: ¿qué futuro le espera a un lugar donde la ley parece perder su fuerza y la justicia se decide a golpes? El debate está abierto, y las respuestas, como siempre, son complejas y esquivas.