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28 de junio de 2025 a las 01:30

México, familia de EEUU: Salazar indignado

La reciente declaración de Pam Bondi, ex Fiscal General de Florida y aliada del expresidente Trump, ha generado una ola de controversia al calificar a México como "enemigo de la nación". Sus palabras, cargadas de una retórica incendiaria, acusan al país vecino de permitir la operación impune de los cárteles de la droga, una afirmación que ha sido recibida con firme rechazo por parte de figuras políticas y analistas. El eco de estas declaraciones resonó con especial fuerza en la figura de Ken Salazar, exembajador de Estados Unidos en México durante la administración Biden. Salazar, con la experiencia y el conocimiento profundo de la relación bilateral, no dudó en calificar las palabras de Bondi como una profunda "falta de respeto", no solo al gobierno mexicano actual, sino a la larga y compleja historia que une a ambas naciones.

Más allá de un simple intercambio de reproches, la declaración de Bondi pone de manifiesto una preocupante tendencia a simplificar y polarizar la compleja realidad de la relación entre Estados Unidos y México. Reducir la dinámica bilateral a una dicotomía de "amigo-enemigo" ignora la profunda interdependencia económica, social y cultural que existe entre ambos países. Desde la intensa actividad comercial que fluye a través de la frontera, hasta los lazos familiares que unen a millones de personas a ambos lados del Río Bravo, la realidad es mucho más rica y matizada que la imagen simplista que Bondi intenta pintar.

La respuesta de Ken Salazar, firme y mesurada, subraya la importancia de no caer en la trampa de la retórica divisoria. "Somos socios, vecinos, familia", afirmó, recordando la profunda conexión que existe entre ambos países. Sus palabras no son solo una respuesta a las acusaciones de Bondi, sino una llamada a la reflexión sobre la importancia de preservar y fortalecer la cooperación bilateral. El futuro de ambos países, argumentó Salazar, depende de la capacidad de trabajar juntos para enfrentar los desafíos comunes, incluyendo la lucha contra el narcotráfico.

La lucha contra el crimen organizado transnacional, incluyendo el tráfico de drogas, requiere de un enfoque colaborativo y de respeto mutuo. Culpar unilateralmente a México, sin reconocer la responsabilidad compartida y la necesidad de una estrategia conjunta, es un camino infructuoso. Es fundamental que ambos países trabajen de la mano, compartiendo información, recursos y estrategias, para combatir eficazmente a las organizaciones criminales que amenazan la seguridad de ambos lados de la frontera.

Finalmente, la controversia desatada por las declaraciones de Bondi nos recuerda la importancia del diálogo respetuoso y la búsqueda de soluciones conjuntas. En un mundo cada vez más interconectado, la cooperación internacional es esencial para abordar los desafíos globales. La relación entre Estados Unidos y México, con sus complejidades y desafíos, no es la excepción. Es hora de dejar atrás la retórica divisoria y trabajar juntos para construir un futuro compartido de prosperidad y seguridad. El camino de la colaboración, aunque complejo, es el único que puede conducir a resultados tangibles y duraderos.

Fuente: El Heraldo de México