
27 de junio de 2025 a las 09:30
Los Tristes Tigres rugen de nuevo
Veinte años no se cumplen todos los días. Y Los Tristes Tigres lo saben. Dos décadas dedicadas a conmover, a hacer reír, a remover fibras sensibles con un teatro inteligente y honesto. Un teatro que no subestima a su público, ni siquiera al más joven. Y para celebrarlo, qué mejor que revisitar una de sus obras más emblemáticas: Lo que queda de nosotros. No se trata de un simple refrito, no. Es una reinvención, una mirada fresca a una historia que, aunque ya conocida, promete resonar con nueva fuerza bajo la batuta del multipremiado Adrián Vázquez.
Imaginen la escena: Nata, una adolescente golpeada por la pérdida de su padre, decide cerrar su corazón al mundo. En un acto impulsivo, abandona a Toto, su fiel compañero canino, en un parque. El destino, caprichoso, le juega una mala pasada a Toto: un accidente lo deja con una pata menos. Pero la adversidad no lo detiene. Con una tenacidad conmovedora, Toto emprende un viaje épico de regreso a casa, un viaje de regreso al amor. Mientras tanto, Nata recorre su propio laberinto emocional, un camino de duelo, soledad y, finalmente, la chispa de la esperanza.
Esta nueva versión de Lo que queda de nosotros es una fusión de talentos, una amalgama de la experiencia de Los Tristes Tigres y la frescura de nuevos actores. Vázquez, el director, lo describe como una "potencialización" de la obra original. La esencia del texto de Sara Pinet y Alejandro Ricaño se mantiene, pero la puesta en escena respira un aire renovado, con la poética y la teatralidad que han sido el sello distintivo de la compañía durante estos veinte años. El foco, como siempre, está en el trabajo actoral, en la capacidad de transmitir emociones con la mínima expresión, con la máxima intensidad. Los elementos escénicos, aunque presentes, son meros acompañantes, nunca roban protagonismo a la historia, a la verdad que late en el corazón de los personajes.
Más allá de la anécdota de una niña y su perro, Lo que queda de nosotros nos habla de algo mucho más profundo. Nos habla de la capacidad de reconstruirnos tras la pérdida, del poder sanador del amor, de la fuerza que nos impulsa a seguir adelante incluso cuando todo parece perdido. Y lo hace con ese humor aguerrido, sin concesiones, que caracteriza la pluma de Pinet y Ricaño, un humor que no teme a las emociones fuertes, que las abraza con una humanidad desbordante.
En un mundo donde a menudo se subestima la inteligencia del público infantil, Los Tristes Tigres apuestan por un teatro que desafía, que invita a la reflexión, que no teme a las preguntas difíciles. Un teatro que entiende que la madurez no es cuestión de edad, sino de la capacidad de conectar con lo esencial, con las emociones que nos hacen humanos.
No pierdan la oportunidad de ser testigos de este reencuentro, de esta celebración de la vida y el teatro. Lo que queda de nosotros estrena el próximo sábado 14 de junio en el Teatro Ofelia, con funciones todos los sábados a las 13:00 h. Las entradas ya están disponibles en taquilla y a través de Ticketmaster. No se lo pierdan. Una experiencia teatral que promete tocar el corazón y alimentar el alma.
Fuente: El Heraldo de México