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27 de junio de 2025 a las 20:25
Israel vs. Irán: ¿Enemigos por qué?
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre Medio Oriente. En los últimos dos años, la región se ha convertido en el epicentro de una creciente tensión internacional, una escalada de violencia que nos recuerda la fragilidad de la paz. Desde el estremecedor ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, el conflicto ha mutado, extendiéndose como una mancha de aceite y amenazando con desestabilizar aún más la zona. La mirada del mundo se fija en Israel, cuyos bombardeos sobre territorio palestino, incluyendo zonas antes consideradas refugios humanitarios, han generado una ola de indignación y preocupación. La seguridad de civiles inocentes se ve comprometida día tras día, y la comunidad internacional se pregunta: ¿dónde está el límite?
El conflicto, sin embargo, ha trascendido las fronteras de Israel y Palestina. La implicación de Irán, tras el ataque israelí del 13 de junio de este año, bajo la acusación de desarrollo de armas nucleares, añade una nueva capa de complejidad a un escenario ya de por sí volátil. La historia de Israel e Irán, marcada por una alianza en el pasado, contrasta dramáticamente con la actual enemistad. ¿Cómo dos naciones que alguna vez cooperaron, que compartieron intereses estratégicos, han llegado a este punto de confrontación?
Para comprender la raíz de esta tensión, debemos remontarnos a la época del Mandato Británico de Palestina. La creciente inmigración judía a la región, a partir de 1920, generó fricciones con la población árabe local, un caldo de cultivo para el conflicto que estallaría años después. La propuesta de la ONU de dividir el territorio en dos estados, uno judío y otro árabe, fue recibida con rechazo por los líderes árabes, incluyendo al entonces Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlaví. Sin embargo, a pesar de su oposición a la partición, Irán se convirtió en el segundo país en reconocer a Israel como Estado.
En aquel entonces, Israel e Irán tejieron una red de cooperación. El gas iraní fluía hacia Israel, y ambos países colaboraban en materia militar. La relación, sin embargo, se quebró con la Revolución Islámica de 1979. La llegada al poder del ayatolá Ruhollah Jomeini marcó un giro radical en la política exterior iraní. El rechazo al imperialismo estadounidense y a sus aliados, incluyendo a Israel, selló el destino de la alianza. Irán cortó lazos con Israel y se alineó con la causa palestina, una postura que mantiene hasta el día de hoy.
La complejidad de este conflicto radica en la intrincada red de alianzas, intereses y heridas históricas que lo alimentan. No se trata simplemente de una disputa territorial, sino de una lucha por la identidad, la seguridad y la supervivencia. La sombra del pasado se proyecta sobre el presente, y la búsqueda de una solución pacífica se antoja un desafío titánico. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con inquietud, consciente de que la estabilidad de Medio Oriente pende de un hilo. La pregunta que resuena es: ¿cómo romper el ciclo de violencia y construir un futuro de paz para la región? La respuesta, desafortunadamente, aún se nos escapa.
Fuente: El Heraldo de México