
27 de junio de 2025 a las 23:05
Descubre 5 playas secretas en Oaxaca para el verano 2025
Oaxaca, un crisol de experiencias donde el Pacífico, y no el Golfo de México, besa la costa con su cálida brisa, se presenta como un santuario para aquellos espíritus viajeros que buscan la conexión con la naturaleza en su estado más puro. Sus playas, lienzos de arena dorada y aguas cristalinas que se extienden hasta donde la vista alcanza, ofrecen un escape de la rutina y una inmersión en la magia del océano. No se trata solo de sol y mar, sino de una danza constante entre la aventura, la tradición y la serenidad que cautiva a todo aquel que se atreve a explorarla.
Mazunte, un rincón bohemio donde la arena acaricia la piel y el sol besa el horizonte, se alza como un emblema de la libertad y la conexión con la naturaleza. Aquí, el nudismo, practicado con respeto y armonía, se convierte en una expresión de la liberación del cuerpo y la mente, una vuelta a la esencia misma del ser humano en comunión con el entorno. Las olas, suaves caricias del Pacífico, invitan a la danza acuática, mientras que la tranquilidad del ambiente envuelve al visitante en una atmósfera de paz y serenidad.
Al caer la noche, la magia se intensifica. En ciertas épocas del año, las aguas de Oaxaca se iluminan con un espectáculo fascinante: la bioluminiscencia. Miles de microorganismos transforman el mar en un manto de estrellas líquidas, creando una experiencia surrealista que perdura en la memoria de quien la presencia. Imaginen navegar en kayak bajo un cielo estrellado, mientras el agua a su alrededor resplandece con una luz etérea, un recuerdo imborrable que se guarda en el corazón.
Puerto Escondido, por otro lado, es la meca de los amantes de las olas. Sus imponentes rompientes, conocidas internacionalmente como la "Mexican Pipeline", atraen a surfistas de todo el mundo que buscan desafiar sus límites y cabalgar sobre la fuerza del océano. Pero más allá de la adrenalina, Puerto Escondido ofrece también la posibilidad de relajarse en sus playas, deleitarse con la gastronomía local y sumergirse en la vibrante vida nocturna.
Pero Oaxaca no se limita a sus costas. El estado, rico en cultura y tradición, ofrece un abanico de posibilidades para aquellos que buscan una experiencia más allá del sol y playa. Desde la exuberante vegetación de sus sierras, hogar de comunidades indígenas que preservan sus costumbres ancestrales, hasta la vibrante ciudad de Oaxaca, con su arquitectura colonial y su rica gastronomía, cada rincón del estado guarda un tesoro por descubrir.
La calidez de su gente, siempre dispuesta a recibir al visitante con una sonrisa, es otro de los encantos de Oaxaca. La hospitalidad oaxaqueña se traduce en un trato amable y cercano, que hace sentir al viajero como en casa. Es esa combinación de belleza natural, riqueza cultural y calidez humana lo que convierte a Oaxaca en un destino inolvidable, un lugar que se queda grabado en el alma y al que se anhela regresar una y otra vez. No es solo un viaje, es una experiencia que transforma, que conecta con lo esencial y que deja una huella imborrable en la memoria.
Fuente: El Heraldo de México