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27 de junio de 2025 a las 06:05
ANAM y agentes aduanales: una alianza estratégica
La modernización aduanera de México se teje con sabor a chipilín. No se trata solo de tecnología y eficiencia, sino de un diálogo constructivo, de un liderazgo que escucha y que reconoce en los agentes aduanales no meros intermediarios, sino aliados estratégicos en la construcción de un sistema más justo y transparente. La reunión entre la ANAM y la CAAAREM no fue un simple encuentro protocolario, sino un testimonio de la nueva era que se respira en las aduanas del país. Rafael Marín Mollinedo, al frente de la ANAM, no habla de imposiciones, sino de colaboración; no de autoritarismo, sino de puertas abiertas y mesas de diálogo.
Este nuevo enfoque, basado en el respeto y la escucha mutua, es el cimiento sobre el que se construye la transformación del sistema aduanero. La visión de Marín Mollinedo trasciende la simple modernización tecnológica, abarcando una profunda reestructuración ética y operativa. No se trata solo de implementar nuevas herramientas, sino de cambiar la mentalidad, de fomentar una cultura de la legalidad y la eficiencia que permee todos los niveles del sector. La lucha contra el contrabando y la evasión fiscal se convierte, así, en un esfuerzo conjunto, en una tarea compartida entre la institución y los agentes aduanales.
La degustación de tamales de chipilín al final de la sesión no fue un mero detalle culinario, sino un símbolo potente. El chipilín, ingrediente ancestral de la cocina mexicana, representa las raíces, la identidad, la riqueza cultural que nutre el presente y proyecta el futuro. Así como el chipilín da sabor y sustancia al platillo, la tradición y la cultura enriquecen la visión de modernidad que impulsa la ANAM. Se trata de un futuro construido sobre bases sólidas, con respeto por el pasado y la mirada puesta en un horizonte de crecimiento y prosperidad.
Este compromiso con la legalidad y la eficiencia no solo beneficia al sector aduanero, sino a toda la economía nacional. Un sistema aduanero moderno y ágil facilita el comercio, atrae inversión extranjera y genera empleos. La ANAM, bajo el liderazgo de Marín Mollinedo, se posiciona no solo como un garante de la legalidad, sino como un motor del desarrollo económico del país. La transparencia y la corresponsabilidad son los pilares de esta nueva etapa, donde la colaboración entre la institución y los agentes aduanales se convierte en la clave para el éxito.
El mensaje es claro: las aduanas mexicanas están cambiando. Se está construyendo un sistema más justo, más eficiente y más transparente, un sistema que no solo cumple con las normas internacionales, sino que también refleja la identidad y los valores del país. El camino hacia la modernización aduanera está trazado, y la ANAM, junto con los agentes aduanales, avanza con paso firme hacia un futuro prometedor. Un futuro con sabor a chipilín, un futuro con sabor a México.
Fuente: El Heraldo de México