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27 de junio de 2025 a las 12:20

Aduanas: ¿Freno a tus envíos?

El fantasma de las barreras arancelarias vuelve a acechar la economía mexicana. Mayo pintó un panorama sombrío, especialmente para la industria automotriz y el sector agrícola, dos pilares fundamentales de nuestra economía. La caída del 9% en las exportaciones automotrices y del 6.6% en las agrícolas, según datos del INEGI, enciende las alarmas y nos obliga a analizar con lupa el impacto real de estas medidas proteccionistas.

No se trata de simples números en una hoja de cálculo. Detrás de estas cifras se esconden miles de empleos, familias que dependen del dinamismo de estos sectores y la incertidumbre de un futuro económico incierto. La disminución del 0.4% anual en las exportaciones totales, que alcanzaron los 55 mil 476.4 millones de dólares, no es un dato menor. Es un síntoma de que algo no marcha bien y que las barreras arancelarias impuestas por Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, están haciendo mella en la capacidad exportadora de México.

El análisis de Janneth Quiroz Zamora, directora de Análisis Económico de Monex Grupo Financiero, pone el dedo en la llaga al señalar la caída acumulada del 5.7% en las exportaciones del sector automotriz entre enero y mayo de este año. Esta tendencia a la baja, que también se observa en sectores clave como el acero y el aluminio, no solo afecta a las grandes empresas, sino que se extiende a lo largo de toda la cadena de suministro, impactando a pequeños y medianos productores que ven cómo se reducen sus oportunidades de crecimiento.

La incertidumbre es, sin duda, el principal enemigo en este escenario. La volatilidad del entorno comercial y la falta de confianza empresarial dificultan la toma de decisiones y la planificación a largo plazo. Las empresas se enfrentan a un panorama complejo, donde las reglas del juego cambian constantemente y la predictibilidad se convierte en un lujo.

Ante este panorama, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué podemos hacer? La respuesta, aunque compleja, pasa por la negociación y la búsqueda de acuerdos bilaterales que permitan mitigar el impacto de estas medidas proteccionistas. Es crucial fortalecer los canales de diálogo y encontrar puntos de encuentro que beneficien a ambas partes. No podemos permitir que las barreras arancelarias se conviertan en muros infranqueables que limiten el crecimiento y el desarrollo de nuestra economía.

El incremento del 1.4% en las importaciones durante mayo, aunque pueda parecer una buena noticia a primera vista, también encierra una señal de alerta. Este aumento podría ser un reflejo de la dificultad que enfrentan las empresas mexicanas para competir en el mercado internacional, lo que las obliga a buscar insumos y productos en el exterior.

En definitiva, el camino a seguir no es sencillo. Requiere de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto para encontrar soluciones que permitan sortear las dificultades y construir un futuro económico más sólido y próspero. La clave está en la diversificación de mercados, el fortalecimiento de la competitividad y la apuesta por la innovación como motor de crecimiento. Solo así podremos superar los desafíos que nos impone el actual contexto global y asegurar un futuro próspero para todos los mexicanos.

Fuente: El Heraldo de México