
27 de junio de 2025 a las 23:15
Adiós a Lalo Schifrin, el genio detrás de Misión: Imposible
El silencio ha caído sobre las notas, un silencio que jamás imaginamos escuchar. Lalo Schifrin, el maestro, el mago de las melodías, nos ha dejado. Su música, vibrante y eterna, resonará por siempre en nuestros corazones, un eco inmortal de un genio irrepetible. A los 93 años, en la ciudad de Los Ángeles, el compositor argentino-estadounidense cerró sus ojos para siempre, dejando tras de sí un legado que trasciende generaciones. Sus hijos, Ryan y William, confirmaron la triste noticia: una neumonía, ese enemigo silencioso, fue la causa de su partida el pasado 26 de junio de 2025.
Desde las polvorientas calles de Buenos Aires hasta la deslumbrante meca del cine en Hollywood, la vida de Schifrin fue una sinfonía de talento y perseverancia. Nacido en 1932, su pasión por la música se encendió a temprana edad, alimentada por el tango que se respiraba en cada esquina de su ciudad natal. Formado en el Conservatorio Nacional de Música y con estudios en París bajo la tutela de Nadia Boulanger, Schifrin absorbió la riqueza de diversas culturas musicales, un crisol de influencias que se plasmarían en su obra, tan diversa como cautivadora.
Su llegada a Estados Unidos marcó un punto de inflexión en la historia de la música para cine y televisión. ¿Quién no recuerda la icónica melodía de "Misión: Imposible"? Ese ritmo trepidante, sinónimo de intriga y acción, se grabó en la memoria colectiva, convirtiéndose en un himno de la cultura popular. Pero la genialidad de Schifrin no se limitó a esta obra maestra. Su prolífica carrera abarca más de 100 películas y series, cada una con una banda sonora única, tejida con la maestría de un artesano sonoro. Desde el jazz vibrante de "Bullitt" y "Harry el Sucio" hasta la emotividad de "Cool Hand Luke" y la épica de "Voyage of the Damned", Schifrin demostró una versatilidad asombrosa, capaz de crear atmósferas sonoras que se fusionaban a la perfección con la narrativa visual.
Más allá de Hollywood, Schifrin cultivó una destacada carrera como compositor de jazz, explorando ritmos latinos y fusionándolos con la improvisación propia del género. Sus conciertos eran una experiencia sensorial, una explosión de energía y creatividad que cautivaba al público. Ganador de cuatro premios Grammy y un Emmy, su música trascendió las barreras del idioma y la cultura, convirtiéndose en un lenguaje universal que conectaba con las emociones más profundas.
La partida de Lalo Schifrin deja un vacío inmenso en el mundo de la música. Su legado, sin embargo, permanecerá vivo a través de sus composiciones, un tesoro sonoro que seguirá inspirando a futuras generaciones de músicos y cineastas. Hoy, mientras el mundo lamenta su pérdida, recordamos con gratitud la magia que nos regaló, la música que nos hizo soñar, vibrar y emocionarnos. Su silencio, paradójicamente, se convierte en la melodía más conmovedora, un recordatorio constante de la grandeza de un artista que supo tocar el alma del mundo con las notas de su genio.
Fuente: El Heraldo de México