¡Monterrey hace historia en Pasadena! Una ráfaga rayada fulmina al Urawa y sella el pase a octavos del Mundial de Clubes. Nueve minutos de inspiración, del 30' al 39', bastaron para que los regiomontanos desataran un vendaval de goles sobre el equipo japonés. Deossa, Berterame y el "Tecatito" Corona, con una actuación deslumbrante, firmaron la goleada que resonó bajo el sol californiano del Rose Bowl. Un Monterrey arrollador, con la mente puesta en la gloria, dominó el encuentro de principio a fin, demostrando su ambición en cada jugada. La estrategia de Domènec Torrent, aunque arriesgada al dejar en la banca a un jugador clave como Sergio Canales, dio sus frutos con creces. El broche de oro lo puso Funes Mori ya en tiempo de compensación, sellando el 4-0 definitivo y desatando la euforia de la afición rayada presente en el estadio.

Con esta victoria contundente, Monterrey se une al Inter Miami como los dos únicos representantes de la Concacaf en los octavos de final, confirmando el buen momento del fútbol de la región. Un logro que sabe a gloria y que coloca a Rayados en la élite del fútbol mundial, codeándose con los mejores equipos del planeta. Ahora, el desafío es aún mayor: el Borussia Dortmund, un gigante de la Bundesliga, espera en la siguiente fase. Un duelo de titanes que promete emociones fuertes y pondrá a prueba la ambición de los mexicanos.

Mientras tanto, en el otro lado del Grupo E, la tristeza se apoderó del River Plate. El equipo argentino, a pesar de su garra y entrega, no pudo superar al Inter de Milán, que con un juego inteligente y aprovechando la superioridad numérica tras una expulsión en el minuto 65', se impuso por 2-0. Los italianos, subcampeones de la Champions League, demostraron su jerarquía y se perfilan como uno de los candidatos al título. Su próximo rival será el Fluminense brasileño, en un encuentro que promete ser un verdadero espectáculo.

El Mundial de Clubes se enciende y la emoción está garantizada. Monterrey, con su histórica clasificación, ilusiona a toda una afición que sueña con llegar a lo más alto. El camino es largo y difícil, pero la garra rayada, demostrada en Pasadena, es un argumento de peso para creer en la hazaña. ¿Podrán los regiomontanos seguir haciendo historia? El tiempo lo dirá. Lo que es seguro es que dejarán el alma en la cancha para alcanzar la gloria. El sueño mundialista está más vivo que nunca en Monterrey.