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26 de junio de 2025 a las 04:00
Prepara tu piel para la playa con esta mascarilla de ajo
El verano, sinónimo de sol, playa y desconexión, se convierte en la época ideal para escapar de la rutina. Sin embargo, este paraíso de relax puede transformarse en una amenaza para nuestra piel si no tomamos las precauciones necesarias. La radiación solar, aunque vital para la síntesis de vitamina D, puede ser un arma de doble filo, provocando desde molestas quemaduras hasta el temido envejecimiento prematuro, pasando por alergias y la aparición de arrugas y líneas de expresión, especialmente en el delicado cutis del rostro.
Por ello, preparar nuestra piel para el verano no se limita a elegir el bañador perfecto. Implica un ritual de cuidados que comienza mucho antes del primer chapuzón y se extiende más allá de la última puesta de sol. Desde la alimentación hasta la hidratación, pasando por la protección solar, cada paso cuenta. Y en este escenario, las mascarillas caseras, como la de ajo, se alzan como una alternativa natural y económica para mimar nuestra piel.
El ajo, ese ingrediente omnipresente en la gastronomía mexicana, esconde un secreto milenario: sus propiedades medicinales. Más allá de su peculiar aroma, el ajo es un potente antioxidante que combate el envejecimiento celular, convirtiéndose en un aliado inesperado para la belleza. Su uso tópico, en forma de mascarilla, no solo hidrata y exfolia, sino que también previene la aparición de arrugas, preparando la piel para afrontar los rigores del sol.
La receta de esta mascarilla es sorprendentemente sencilla y accesible. Basta con rallar un diente de ajo y mezclarlo con un poco de leche y unas gotas de aceite de árbol de té, conocido por sus propiedades antisépticas y cicatrizantes. Esta mezcla se aplica sobre el rostro con suaves movimientos circulares, dejándola actuar durante 10 a 15 minutos. Posteriormente, se retira con agua tibia y jabón facial, revelando una piel renovada y luminosa.
Sin embargo, antes de aplicar cualquier mascarilla casera, es fundamental realizar una prueba de alergia. Aplicar una pequeña cantidad de la mezcla en una zona discreta del cuello y esperar unos minutos nos permitirá descartar posibles reacciones adversas y garantizar la seguridad de nuestra piel.
Pero la protección no termina con la mascarilla. El Dr. Rodrigo Roldán Marín, de la Clínica de Oncodermatología de la UNAM, nos recuerda la importancia de una exposición solar responsable. Tomar el sol entre 10 y 12 minutos al día es suficiente para que nuestro cuerpo sintetice la vitamina D necesaria para la absorción del calcio. Más allá de este tiempo, los riesgos superan los beneficios.
Además, la hidratación constante, tanto interna como externa, juega un papel crucial en la salud de nuestra piel. Beber suficiente agua y utilizar cremas hidratantes nos ayudará a mantener la elasticidad y la vitalidad de la piel, previniendo la sequedad y la aparición de arrugas.
Y por supuesto, no podemos olvidar el protector solar, un escudo indispensable contra los rayos UV. La UNAM, en su afán por desmitificar creencias erróneas, insiste en la importancia de su uso diario, incluso en días nublados. Elegir un protector solar con un factor de protección adecuado a nuestro tipo de piel es fundamental para protegernos de los daños solares a largo plazo.
En resumen, disfrutar del verano sin poner en riesgo nuestra piel es posible. Combinando la sabiduría ancestral de remedios naturales como la mascarilla de ajo con los avances científicos en protección solar y una rutina de cuidados constante, podemos lucir una piel radiante y saludable durante todo el verano y más allá.
Fuente: El Heraldo de México