
26 de junio de 2025 a las 09:25
Potencia tu marca: Denominación de Origen
La Península de Yucatán, un crisol de historia, biodiversidad y talento, se encuentra en un punto de inflexión. No se trata solo de la riqueza natural que compartimos, sino de la sabiduría ancestral que ha moldeado nuestras vocaciones productivas a lo largo de los siglos. En este contexto de transformación económica para el sureste, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, unidos por un objetivo común, emprenden un camino estratégico para recuperar y proteger legalmente lo que nos pertenece: nuestros productos emblemáticos.
Imaginen la miel yucateca, con su dulzor único, fruto del trabajo incansable de las abejas meliponas en la selva maya. Visualicen el intenso picor del chile habanero, protagonista indiscutible de nuestra gastronomía. Piensen en el chicle, un legado ancestral que se remonta a tiempos prehispánicos, o en el vibrante color del achiote, que tiñe nuestros platillos y nuestras tradiciones. Estos productos, y muchos otros, son mucho más que simples ingredientes: son la historia viva de nuestra tierra, el reflejo de nuestra identidad.
La clave para proteger este patrimonio radica en las denominaciones de origen peninsulares. No se trata solo de producir con calidad, sino de blindar esa calidad con un sello de exclusividad legal. Una denominación de origen no solo otorga reputación internacional y un mayor valor comercial, sino que garantiza al consumidor la autenticidad del producto. Cuando alguien adquiere miel con denominación de origen de la Península de Yucatán, tiene la certeza de que está comprando un producto elaborado con nuestras manos, en nuestros paisajes, bajo el amparo de nuestros saberes tradicionales. Es una garantía de origen, de calidad y de respeto por nuestro patrimonio.
El primer paso en este ambicioso proyecto se ha dado con el chile habanero. La reciente reunión de trabajo entre los tres estados y el IMPI para fortalecer el consejo regulador de este producto es un hito que marca el inicio de una nueva era. El chile habanero será el pionero, el primero de una larga lista de productos que se beneficiarán de la protección de las denominaciones de origen.
El éxito de este modelo ya ha sido probado en otras regiones de México. La transformación de la industria del tequila gracias a su denominación de origen es un ejemplo inspirador, al igual que lo ocurrido con el mezcal y el café de Veracruz. Ahora es el turno de la Península de Yucatán, y lo haremos juntos, con una visión regional que priorice al productor, al ecosistema y al consumidor global.
Desde Campeche, celebramos esta iniciativa como un símbolo de la nueva etapa que vive el sur del país. La integración regional ya no es un simple discurso, sino una estrategia tangible que se materializa en proyectos como el Tren Maya, los puertos de la península y los Polos del Bienestar. Impulsar las denominaciones de origen peninsulares es un acto de soberanía productiva, una apuesta por el futuro de nuestra región.
El futuro del sureste no solo reside en lo que podemos construir, sino también en lo que debemos proteger. Proteger nuestros productos emblemáticos es proteger nuestra identidad, nuestra historia y nuestro legado para las generaciones futuras.
Fuente: El Heraldo de México