La indignación recorre las redes sociales tras la viralización de un video que muestra el brutal atropello de un agente de Tránsito en Celaya, Guanajuato. El incidente, ocurrido la mañana del martes 24 de junio en pleno centro de la ciudad, ha generado una oleada de críticas y repudio hacia el conductor responsable. Las imágenes, captadas por un testigo presencial, muestran la secuencia completa del suceso: el agente intenta detener al conductor, quien, haciendo caso omiso a las indicaciones, acelera su camioneta y arrolla al oficial sin remordimiento alguno.

La brutalidad del acto queda patente en la forma en que el policía cae al asfalto, con al menos una de las llantas del vehículo pasando sobre una de sus piernas. La impotencia del agente, imposibilitado para reincorporarse y continuar la persecución, contrasta con la frialdad del conductor, que se da a la fuga tras el atropello. Este acto de violencia no solo pone en riesgo la vida de los servidores públicos, sino que también socava la autoridad y el respeto a las normas de tránsito.

Según declaraciones de Martín Filiberto García Medina, Director de Tránsito y Policía Vial de Celaya, el agente intentaba infraccionar al conductor por utilizar su teléfono celular mientras conducía. La persecución se inició en el Boulevard, continuando por Juárez y Rayón, hasta llegar al cruce de Nicolás Bravo y Benito Juárez, donde el policía finalmente logró cerrarle el paso al infractor. Sin embargo, la intención de hacer cumplir la ley se vio truncada por la violenta reacción del conductor.

Afortunadamente, y pese a la gravedad del incidente, el agente lesionado ha recibido atención médica y se han descartado fracturas u otras lesiones de mayor gravedad. Esto, sin duda, alivia la preocupación generada por el video, que mostraba la crudeza del impacto. No obstante, el trauma psicológico y el impacto emocional que un evento de esta magnitud puede causar en la víctima no deben ser subestimados.

Las autoridades ya han iniciado las investigaciones pertinentes. Se ha identificado un inmueble privado al que ingresó el vehículo tras el atropello, y se mantiene vigilancia permanente en la zona. Además, se están analizando las grabaciones de las cámaras de seguridad cercanas al lugar de los hechos para identificar las placas de la camioneta y, con ello, al responsable. El agente atropellado ya ha interpuesto una denuncia formal, y se espera que la justicia actúe con celeridad y contundencia en este caso.

Este lamentable suceso pone de manifiesto la necesidad de reforzar el respeto a las autoridades de tránsito y la importancia de acatar las normas de circulación. La seguridad vial es responsabilidad de todos, y actos como este no pueden quedar impunes. La ciudadanía espera que se aplique todo el peso de la ley al responsable, y que este incidente sirva como un llamado a la reflexión sobre la convivencia vial y el respeto a la vida. Más allá de las sanciones, es crucial fomentar una cultura de responsabilidad al volante, donde la prioridad sea la seguridad de todos los usuarios de la vía pública.