
27 de junio de 2025 a las 00:55
Hombre macheteado en Puebla tras resistirse a robo.
La creciente ola de violencia en la ciudad de Puebla nos golpea de nuevo con un acto brutal que nos deja a todos conmocionados. Un hombre de 38 años, Daniel "N", lucha por su vida en el Hospital de Traumatología y Ortopedia tras ser víctima de un violento asalto en la colonia El Salvador. La noche del 25 de junio, la tranquilidad de la calle 7 Norte se vio interrumpida por un ataque cobarde. Cuatro encapuchados, envueltos en la oscuridad de sus sudaderas y armados con un machete, sorprendieron a Daniel dentro de su propio vehículo. Lo que parecía un robo común se transformó en una pesadilla cuando la víctima, en un acto de valentía, se resistió al asalto e intentó pedir auxilio. Esta reacción, comprensible ante la amenaza inminente, desató la furia de los agresores. Uno de ellos, sin mediar palabra, le propinó un machetazo en la rodilla izquierda, dejando a Daniel gravemente herido y desangrándose en el asfalto. Afortunadamente, la rápida intervención de los vecinos, alertados por los gritos de auxilio, impidió una tragedia mayor. Los servicios de emergencia llegaron al lugar minutos después para brindar los primeros auxilios y trasladar a la víctima al hospital, donde permanece bajo observación médica.
Este hecho no es un caso aislado. Los habitantes de la colonia El Salvador, y de muchas otras zonas de la ciudad, viven con el temor constante de ser víctimas de la delincuencia. La creciente inseguridad se ha convertido en una sombra que acecha en cada esquina, un monstruo silencioso que roba la tranquilidad y el derecho a vivir en paz. La exigencia de mayor presencia policial es un clamor que resuena con fuerza en las calles, un grito desesperado que pide a las autoridades que asuman su responsabilidad y protejan a la ciudadanía.
El uso de machetes en este tipo de ataques plantea una compleja problemática legal. Si bien su portación no está expresamente prohibida por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, su utilización como arma de agresión es un delito grave. El machete, herramienta de trabajo para muchos, se convierte en un instrumento de violencia en manos de delincuentes. Este doble papel dificulta la labor de las autoridades, quienes deben discernir entre el uso legítimo y el delictivo.
¿Qué lleva a una persona a utilizar un machete para agredir a otra? ¿Qué tipo de desesperación, de ira o de falta de humanidad se esconde detrás de este acto brutal? Estas son preguntas que nos debemos hacer como sociedad. La violencia no es la respuesta, nunca lo ha sido ni nunca lo será. Necesitamos construir una sociedad basada en el respeto, la tolerancia y la justicia, donde la vida humana sea el valor supremo.
La investigación sobre este caso continúa abierta. Las autoridades se encuentran trabajando para identificar y capturar a los responsables de este ataque cobarde. Mientras tanto, Daniel lucha por su vida en el hospital, y la comunidad espera con ansias que se haga justicia. Este caso nos recuerda la fragilidad de la vida y la urgente necesidad de unirnos como sociedad para combatir la violencia y construir un futuro más seguro para todos.
Fuente: El Heraldo de México