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27 de junio de 2025 a las 01:00

Descubre la guarida secreta del cómic mexicano

En las entrañas de la Ciudad de México, donde el rugir del metro se entremezcla con el constante flujo de personas, ha emergido un santuario dedicado al arte secuencial mexicano. Sharkius, una librería especializada en cómic nacional e independiente, ha encontrado su hogar en el pasillo de transbordo de la estación Zapata, entre las Líneas 3 y 12. Este espacio, que a primera vista podría pasar desapercibido entre la vorágine del metro, se ha convertido en un faro para los amantes del cómic y un impulsor clave para la escena independiente mexicana.

Mucho más que una simple tienda, Sharkius es la materialización de un sueño compartido por Iván Kemchs, Itzcoatl Fabela y Rosa Flores. La fusión de sus proyectos previos, "Shark Comics" y "Librería Rius", dio origen a este espacio que lleva con orgullo el nombre de Sharkius, un símbolo que encapsula su historia y su compromiso con la narrativa gráfica. "El nombre representa la unión de nuestras fuerzas, una convergencia de ideales que busca impulsar el talento mexicano," comenta Rosa Flores con una palpable pasión en su voz.

Adentrarse en Sharkius es como descubrir un mundo aparte, un oasis de tranquilidad en medio del caos citadino. "Aquí, cada persona es bienvenida, sin importar sus gustos o creencias," afirma Itzcoatl Fabela. "Es una isla donde las historias, incluso las más audaces y experimentales, encuentran su lugar." Con un catálogo de más de 4 mil títulos, Sharkius ofrece una amplia gama de narrativas que van desde la caricatura política hasta el terror, pasando por la fantasía y la crítica social. "Queremos mostrar la riqueza y diversidad del cómic mexicano, que va mucho más allá de lo que tradicionalmente se conoce," explica Iván Kemchs.

Sharkius se ha consolidado no solo como un punto de encuentro entre lectores y autores, sino también como un puente entre creadores y editoriales. Su misión trasciende la simple exhibición de cómics; buscan activamente la distribución, la creación de redes y la generación de oportunidades para los artistas nacionales. "No solo queremos vender cómics, queremos ser un motor para la industria," añade Fabela.

La librería ha comenzado a organizar eventos para conectar directamente con su público. La presentación de "La Rata Continer", un cómic de culto dentro del circuito independiente, marcó el inicio de estas actividades. A pesar de las limitaciones del espacio, la respuesta fue abrumadora. "Fue una prueba de fuego que superó todas nuestras expectativas," recuerda Rosa. "La gente estaba entusiasmada por interactuar con los autores. Queremos replicar este tipo de experiencias y fomentar el diálogo en torno al cómic."

La elección de "La Rata Continer" para su primer evento no fue casual. Sharkius apuesta por la libertad de expresión y la diversidad de narrativas, incluso aquellas que pueden considerarse controvertidas. "Creemos en la importancia de abrir el diálogo sobre todo tipo de historias, sin censura ni prejuicios," subraya Rosa.

Con la mirada puesta en el futuro, Sharkius ya planea su expansión. "Nos gustaría abrir más sucursales y colaborar con otras librerías que compartan nuestra visión," comenta Iván. La creación de una editorial propia también está entre sus planes, con el objetivo de seguir impulsando el talento nacional.

Entre los títulos más populares de Sharkius se encuentran obras como "Ultrapato" de Edgar Delgado, quien también ha trabajado para Marvel, y los cómics de Imosh (Luis Castillejos), como "Dientes de leche" y "El rumor de los huesos". "Son obras que se venden solas, por su calidad gráfica y narrativa," asegura Rosa.

Para aquellos que sueñan con dedicarse al arte, la escritura o el cómic, los fundadores de Sharkius tienen un mensaje claro: "No esperen a tenerlo todo resuelto. Empiecen con lo que tienen, aprendan en el camino y, sobre todo, háganlo por amor al arte, no por el dinero."

Sharkius es más que una librería; es un espacio cultural en resistencia, un testimonio del poder de las historias y un recordatorio de que incluso en los lugares más inesperados, como un pasillo del metro, puede florecer la creatividad y la pasión por el arte.

Fuente: El Heraldo de México