26 de junio de 2025 a las 22:55
Bebé sobrevive a balazo en el ojo, su madre la salvó
El eco de la música festiva se transformó en un grito desgarrador en la colonia Barrio Nuevo de Irapuato, Guanajuato. La noche del martes 24 de junio, la alegría de la fiesta patronal de San Juan Bautista se vio abruptamente interrumpida por una lluvia de balas que dejó un saldo trágico: once vidas arrebatadas en el instante, otra más apagándose en la fría cama de un hospital, y una comunidad entera sumida en el dolor y la indignación. Entre las víctimas, una historia que desgarra el alma: Carmen Garibaldi, quien con el instinto protector de una madre, ofrendó su vida para resguardar a su pequeña hija de tan solo un año y medio.
Imaginen la escena: la música, las risas, el aroma de la comida festiva, y de pronto, el sonido ensordecedor de las detonaciones. El caos, el pánico, la gente corriendo en busca de refugio. En medio de esa vorágine, Carmen, con un amor inconmensurable, abrazó a su bebé, convirtiendo su cuerpo en un escudo contra la violencia desatada. Un acto de heroísmo maternal que, lamentablemente, no pudo evitar que la pequeña recibiera el impacto de una bala en su ojo.
Ahora, mientras la familia de Carmen vela su cuerpo, preparándose para el último adiós a una mujer valiente y amorosa, la pequeña lucha por su vida en el Hospital General de Guanajuato. Su estado es delicado, y la incertidumbre se cierne como una sombra sobre sus seres queridos. Una cirugía se perfila en el horizonte, una batalla más en la corta vida de esta pequeña guerrera que, sin siquiera comprenderlo, carga ya con el peso de una tragedia inmensa.
La consternación se respira en cada rincón de Irapuato. La fiesta se convirtió en luto, la música en silencio, la alegría en desolación. ¿Cómo es posible que una celebración comunitaria se transforme en un escenario de terror? ¿Cómo podemos, como sociedad, permitir que la violencia nos robe la tranquilidad, la vida, el futuro?
La Gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo ha expresado su enérgica condena a estos hechos, y ha asegurado que se hará justicia. Pero más allá de las palabras, se necesitan acciones concretas. Se necesita una investigación exhaustiva que esclarezca lo sucedido y castigue a los responsables. Se necesita, sobre todo, un compromiso real con la seguridad de los guanajuatenses, para que tragedias como esta no se repitan.
Mientras tanto, la pequeña hija de Carmen, huérfana a tan temprana edad, se aferra a la vida. Su lucha es la lucha de todos. Su recuperación, una pequeña luz de esperanza en medio de la oscuridad. Que su historia nos recuerde la fragilidad de la vida, la importancia del amor y la necesidad urgente de construir un mundo donde la paz y la seguridad sean un derecho, no un privilegio. Un mundo donde las madres no tengan que sacrificar sus vidas para proteger a sus hijos, un mundo donde las fiestas patronales sean sinónimo de alegría y no de tragedia.
La comunidad de Irapuato y todo Guanajuato se une en oración por la pronta recuperación de la pequeña, y envía sus condolencias a la familia de Carmen Garibaldi, una madre que demostró que el amor, incluso ante la muerte, es la fuerza más poderosa.
Fuente: El Heraldo de México