
26 de junio de 2025 a las 12:25
Arte mexicano inspira resistencia en el Reino Unido
El eco de los pasos de las Madres Buscadoras resuena ahora en Stoke-on-Trent, una ciudad inglesa que, a priori, parece distante de la realidad mexicana. Sin embargo, el arte, como un puente invisible, ha conectado dos mundos, dos culturas, dos dolores. La monumental escultura "Madre Buscadora", erigida como un faro de esperanza y memoria, ha trascendido las fronteras geográficas para alzar la voz por aquellos que han sido silenciados. No es solo mimbre y cartonería; es la materialización del vacío, de la ausencia, de la lucha incansable de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos. Es un grito silencioso que atraviesa el Atlántico y se instala en el corazón de Inglaterra.
Imaginen la escena: una figura imponente de casi cuatro metros de altura, elaborada con la delicadeza de la tradición mexicana, pero con la crudeza de una realidad lacerante. Su estructura, despojada de piel y voz, simboliza la vulnerabilidad y el desgarro de las familias que viven con la incertidumbre clavada en el alma. Es una obra que interpela, que cuestiona, que no permite la indiferencia. En una plaza pública de Stoke-on-Trent, esta figura se convirtió en un imán para las miradas, en un catalizador de conversaciones. Los habitantes de esta ciudad inglesa, quizá ajenos a la magnitud de la tragedia mexicana, se encontraron frente a una realidad desgarradora, explicada en un texto que contextualizaba la obra, un texto que traducía el dolor a un idioma comprensible, un texto que conectaba la crisis de desapariciones con la cotidianidad de un estadio de fútbol, un espacio familiar para la comunidad local.
La cartonería, una técnica tradicionalmente festiva y colorida, se transforma en este proyecto en un vehículo de denuncia, en un lienzo donde se plasma el dolor y la resistencia. Las manos que la moldearon, manos mexicanas e inglesas unidas por un propósito común, han insuflado a la obra una carga simbólica que trasciende la mera estética. No es una pieza de museo, no es un objeto decorativo; es un testimonio vivo de la lucha por la justicia, por la memoria, por la dignidad.
El taller de máscaras, el simposio sobre prácticas artísticas comunitarias, todas las actividades que rodearon la creación de "Madre Buscadora" contribuyeron a tejer una red de solidaridad, a generar un espacio de encuentro entre culturas. El arte, en este caso, no se limita a representar la realidad, sino que la transforma, la resignifica, la proyecta hacia nuevos horizontes.
La resonancia de esta iniciativa va más allá de la exhibición de una escultura. Ha sembrado una semilla de conciencia en una comunidad distante, ha abierto una ventana para comprender la complejidad del contexto mexicano. Y, lo más importante, ha honrado la valentía y la perseverancia de las Madres Buscadoras, mujeres que transforman el dolor en acción, que se niegan a olvidar, que mantienen viva la llama de la esperanza en medio de la oscuridad. Su lucha, ahora, tiene un eco en Stoke-on-Trent, un eco que se propaga gracias al poder transformador del arte. Es un recordatorio de que la solidaridad no conoce fronteras y de que la lucha por la justicia es un compromiso universal.
Fuente: El Heraldo de México