Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Salud

26 de junio de 2025 a las 22:50

¡Alerta! Alacranes al acecho en Nayarit

El calor agobiante del verano, ese que nos invita a buscar la sombra y la frescura, trae consigo una amenaza silenciosa pero peligrosa: la proliferación de alacranes. Estos pequeños arácnidos, habitantes habituales de rincones oscuros y húmedos, ven incrementada su actividad con las altas temperaturas, convirtiéndose en un riesgo latente, especialmente en ciertas regiones de México. No es un secreto que nuestro país, lamentablemente, ostenta el primer lugar a nivel mundial en picaduras de alacrán, con más de 250 mil casos registrados anualmente según la Secretaría de Salud. Una cifra alarmante que nos obliga a redoblar la precaución y a estar informados.

Las estadísticas son frías, pero detrás de cada número hay una historia, una familia, una persona que sufre las consecuencias de este pequeño pero potente depredador. Si bien la mayoría de las picaduras no representan un peligro mortal, existen grupos particularmente vulnerables: niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Para ellos, la rapidez en la atención médica puede ser la diferencia entre una recuperación sin incidentes y una complicación severa. Imaginemos a un niño jugando en el patio, descalzo, despreocupado, y de pronto un dolor agudo, punzante, le recorre el pie. El llanto, el susto, la incertidumbre… En estos casos, cada minuto cuenta.

Los primeros síntomas, un dolor intenso y localizado que se acompaña de enrojecimiento y hormigueo, son la señal de alarma. Ante su aparición, no debemos dudar: la consulta médica es imperativa. El veneno del alacrán, dependiendo de la especie, puede desencadenar una serie de reacciones que van desde la inflamación local hasta complicaciones neurológicas, musculares y respiratorias. En casos graves, incluso puede comprometer la vida del afectado.

Es fundamental desterrar mitos y prácticas erróneas. Olvidemos los remedios caseros: succionar el veneno, aplicar torniquetes o frotar la herida con alcohol o hierbas no solo son ineficaces, sino que pueden agravar el cuadro. La única acción verdaderamente efectiva es acudir al centro de salud más cercano. Allí, los profesionales de la salud podrán administrar el antídoto, el suero antialacránico, que resulta altamente eficaz si se aplica dentro de las primeras dos horas posteriores a la picadura.

El Dr. Federico Cortés, Director de Salud Pública en el estado de Nayarit, nos confirma en una reciente entrevista que los centros de salud cuentan con abasto suficiente de suero antialacránico, el cual se proporciona de forma gratuita a toda la población. El doctor Cortés, con la preocupación palpable en su voz, hace hincapié en la importancia de la atención médica oportuna. “El principal obstáculo que enfrentamos es la reticencia de la gente a buscar ayuda profesional. Muchos prefieren esperar o recurrir a remedios caseros, lo que retrasa el tratamiento y pone en riesgo la vida del paciente”, lamenta el funcionario.

La prevención, sin embargo, sigue siendo la mejor arma contra esta amenaza. Mantener nuestros hogares limpios y ordenados, sacudir la ropa y los zapatos antes de usarlos, revisar las camas y evitar caminar descalzos, especialmente durante la noche, son medidas sencillas pero cruciales. Además, sellar grietas y orificios en paredes y pisos puede impedir que estos arácnidos encuentren refugio en nuestras viviendas.

El Sistema de Salud Pública ha desplegado una extensa red de distribución del suero antialacránico en centros de primer nivel, priorizando las zonas de mayor incidencia. A pesar de estos esfuerzos, muchos casos graves siguen ocurriendo debido a la falta de información y a la demora en la búsqueda de atención médica.

En definitiva, la información y la prevención son nuestras mejores aliadas. Ante la sospecha de una picadura de alacrán, no lo dude: acuda al médico de inmediato. No se arriesgue, su salud y la de su familia es lo más importante. El tiempo es un factor crucial en estos casos, y una atención oportuna puede marcar la diferencia.

Fuente: El Heraldo de México