La reciente jornada electoral en Veracruz dejó un panorama complejo para el Partido Acción Nacional (PAN). Si bien lograron asegurar 35 alcaldías, incluyendo la estratégica Boca del Río, la incertidumbre se cierne sobre el futuro de estos triunfos. La declaración del dirigente estatal, Federico Salomón, encomendando a Dios la permanencia de sus correligionarios en el partido, ha desatado una ola de incomodidad y especulaciones. Más allá de la intención original, sus palabras revelan la fragilidad del PAN en el estado y la latente posibilidad de que algunos alcaldes electos migren a Morena, ya sea por convicción o por presiones externas.

Este escenario de vulnerabilidad no ha pasado desapercibido para el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, donde la gestión de Salomón es vista con preocupación. La sombra de la familia Yunes, con su peso político en la región, se percibe como un factor influyente en las decisiones del dirigente estatal, generando desconfianza en la cúpula nacional. El anhelo de un cambio de liderazgo en Veracruz es palpable, y se busca un perfil que marque distancia con los Yunes. Se rumorea que el CEN prefiere una mujer al frente del partido, aunque el actual alcalde de Boca del Río no está descartado.

La lista de posibles sucesores no es corta, se habla de entre cinco y seis nombres, pero mantenerlos en reserva evita alimentar la especulación. Lo cierto es que el legado de Salomón, a juicio del CEN, no deja un saldo positivo en comparación con gestiones anteriores. El reto para el nuevo liderazgo será recuperar el terreno perdido frente a Movimiento Ciudadano en las pasadas elecciones municipales, una tarea que exige estrategia y firmeza, sin sacrificar la identidad del partido ni recurrir a alianzas incómodas con el PRI.

El panorama político veracruzano se presenta, pues, lleno de incertidumbre y desafíos para el PAN. La búsqueda de un nuevo liderazgo, la presión de Morena y la necesidad de recuperar la confianza ciudadana son factores que definirán el futuro del partido en el estado. ¿Logrará el PAN reconstruirse y presentar una alternativa sólida en los próximos comicios? El tiempo y las decisiones que se tomen en los próximos meses darán la respuesta. La fragilidad actual del partido contrasta con la importancia estratégica de Veracruz en el panorama político nacional, lo que añade un elemento de interés a la evolución de esta situación. ¿Será capaz el nuevo liderazgo, sea hombre o mujer, de unificar al partido y presentar un frente común ante los retos que se avecinan? La incómoda declaración de Salomón ha abierto un debate interno que deberá resolverse con prontitud y eficacia para evitar un mayor desgaste del PAN en Veracruz.