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25 de junio de 2025 a las 19:00

Tragedia: Albañil muere en obra, familia necesita ayuda

La tragedia ha teñido de gris el sueño de un joven padre. Ricardo Álvarez Alanís, de tan solo 25 años, dejó su natal Durango con la esperanza de un futuro mejor para su esposa y dos pequeñas hijas. Su meta: construir, ladrillo a ladrillo, una vida más digna para su familia. El destino, caprichoso y cruel, truncó ese anhelo en una obra de construcción en Ciudad Juárez, a miles de kilómetros de las risas y abrazos que lo esperaban.

Apenas tres semanas habían transcurrido desde su llegada a la colonia Puerto La Paz, un lugar que, irónicamente, no le trajo la tranquilidad anhelada. Mientras colaboraba en la edificación de una barda, un trágico accidente le arrebató la vida. Un pesado bloque de concreto, símbolo del progreso que buscaba, se convirtió en la lápida de sus sueños. La imagen de la graduación preescolar de una de sus hijas, que anhelaba ver plasmada en una fotografía, quedará grabada para siempre en el álbum de los recuerdos inconclusos.

La ironía es lacerante. Ricardo se ausentó de su hogar para proveer a su familia, para asegurarles un porvenir más promisorio. Pero el destino, en un giro inesperado y doloroso, lo privó de la oportunidad de ver florecer los frutos de su sacrificio. Murió lejos de sus seres queridos, en un escenario de trabajo que se transformó en escenario de tragedia. Sus compañeros de obra, impotentes testigos del infortunio, nada pudieron hacer para evitar el fatal desenlace.

La noticia, como un mazazo, ha golpeado a su familia en Durango. La esposa y madre de Ricardo, ahora enfrentan un doble duelo: la pérdida irreparable y la angustia de no poder traer de vuelta el cuerpo de su amado. La distancia, que antes representaba la esperanza de una vida mejor, ahora se erige como una barrera infranqueable. El costo del traslado del cuerpo, una carga adicional en medio del dolor, se suma a la lista de dificultades que deben afrontar.

En medio de la desolación, un rayo de esperanza se abre paso. La solidaridad de la comunidad se ha manifestado a través de una campaña de apoyo para repatriar los restos de Ricardo. Con el corazón en la mano, han compartido los datos de una cuenta bancaria para quienes deseen contribuir: número de cuenta 4910 8970 7507 8303 de HSBC a nombre de la señora María de los Ángeles Alanís. Cada aportación, por pequeña que sea, representa un paso más cerca de reunir a Ricardo con su familia, para que al menos en su descanso final, pueda estar cerca de aquellos por quienes luchó hasta su último aliento.

Este trágico suceso nos recuerda la precariedad a la que se enfrentan muchos trabajadores en la búsqueda de un futuro mejor. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de la seguridad en el trabajo y la necesidad de garantizar condiciones dignas para quienes, como Ricardo, arriesgan su vida para construir un mañana más próspero. La historia de Ricardo Álvarez Alanís no debe quedar en el olvido. Debe ser un llamado a la conciencia, un recordatorio de que detrás de cada trabajador hay una familia, hay sueños, hay una vida que merece ser protegida.

Fuente: El Heraldo de México