
25 de junio de 2025 a las 19:45
Pastor abusa de menores en rituales
La comunidad religiosa de Montería, Colombia, se encuentra conmocionada tras la detención de Jairo Antonio Blanco Mendoza, un pastor evangélico acusado de abuso sexual a una menor de 14 años. La noticia, que ha generado indignación y repudio, revela un escalofriante modus operandi en el que Blanco Mendoza se valía de su posición de autoridad religiosa para acceder a los hogares de sus víctimas y cometer los abusos.
Según las autoridades, el pastor utilizaba el pretexto de realizar "limpiezas del hogar" para ganarse la confianza de las familias. Llevando consigo elementos como sal y aceite, símbolos de purificación en muchas prácticas religiosas, Blanco Mendoza solicitaba a sus víctimas que se desnudaran, argumentando que era la única forma de "sacar los espíritus malignos que las poseían". Una táctica perversa que le permitía vulnerar la inocencia y la integridad de la menor.
La investigación, llevada a cabo por la Seccional de Investigación Criminal (SIJIN) de la Policía Nacional, determinó que los abusos se prolongaron durante el año 2024, mientras Blanco Mendoza ejercía como predicador en una iglesia de la zona sur de Montería. La menor, de tan solo 14 años, sufrió en repetidas ocasiones el acceso carnal abusivo por parte del pastor, quien se aprovechaba de su vulnerabilidad y la confianza depositada en él por la familia.
La gravedad de los hechos condujo a la emisión de una orden de captura por parte del Juzgado Segundo Penal Municipal de Control de Garantías de Montería. Tras un operativo policial, Blanco Mendoza fue finalmente detenido en la misma ciudad, poniendo fin a su deplorable actuación. Ahora, deberá enfrentar a la justicia y responder por el delito de acceso carnal abusivo con una menor de 14 años, un crimen que conlleva severas penas.
Este caso pone en relieve la importancia de la vigilancia y la educación en materia de prevención del abuso sexual, especialmente en entornos donde existe una relación de poder o confianza, como en el ámbito religioso. La Policía Nacional ha reafirmado su compromiso con la protección de la niñez y la persecución de estos delitos, haciendo un llamado a la comunidad a denunciar cualquier sospecha o indicio de abuso.
La consternación en la comunidad es palpable. Muchos feligreses se sienten traicionados por la doble vida del pastor, quien se presentaba como un guía espiritual mientras cometía actos atroces. Este caso, sin duda, dejará una profunda herida en la comunidad religiosa de Montería y servirá como un llamado de atención sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y prevención dentro de las instituciones religiosas.
Además del impacto emocional en la víctima y su familia, este tipo de delitos genera desconfianza en las instituciones y puede afectar la fe de muchas personas. Es crucial que la comunidad religiosa se una para brindar apoyo a la víctima y su familia, y para trabajar en la reconstrucción de la confianza perdida.
La justicia deberá ahora determinar la responsabilidad de Blanco Mendoza y aplicar la ley con todo su rigor. Mientras tanto, la sociedad debe reflexionar sobre cómo prevenir este tipo de situaciones y garantizar la protección de los menores, quienes son los más vulnerables ante estos depredadores. La educación, la comunicación abierta en las familias y la denuncia responsable son herramientas fundamentales para combatir este flagelo.
Fuente: El Heraldo de México