El rugir del huracán Erick aún resuena en la memoria de la Costa oaxaqueña, dejando a su paso un rastro de destrucción que ha puesto a prueba la resiliencia de sus habitantes. Sin embargo, en medio del caos y la incertidumbre, una figura se alza constante: la del Gobernador Salomón Jara Cruz, quien a seis días del impacto, permanece firme en la zona, supervisando personalmente cada detalle de la recuperación. No se trata de una simple visita protocolaria, sino de una inmersión total en el corazón de la tragedia, un compromiso palpable con la gente que ha perdido su hogar, su sustento, y en muchos casos, su tranquilidad.

Desde el amanecer, la comitiva gubernamental se despliega como una red de apoyo, recorriendo caminos que aún conservan las cicatrices del huracán. La imagen es conmovedora: Llano Grande, San Isidro, Lagunillas, comunidades que hasta hace poco permanecían aisladas del mundo, ahora reciben la visita del Gobernador, no tras un escritorio, sino en el terreno, escuchando de viva voz los testimonios de quienes lo han perdido todo. "¿Está llegando la ayuda?", pregunta el Mandatario, una pregunta sencilla pero cargada de significado, que busca la verdad en los ojos de su pueblo. Y la respuesta, unánime y resonante, es un "sí" lleno de gratitud, un alivio que se mezcla con la esperanza.

No son solo palabras las que ofrece el Gobernador Jara Cruz, sino acciones concretas. La maquinaria gubernamental, en toda su extensión, se ha volcado a la región. Secretarías, dependencias, funcionarios de todos los niveles, trabajan sin descanso, como una orquesta afinada que busca restaurar la armonía perdida. Se distribuyen víveres, se restablecen los servicios básicos, se despejan los caminos bloqueados por la furia de la naturaleza. Es una labor titánica, pero impulsada por la convicción de que nadie debe quedar atrás, de que la reconstrucción no es solo material, sino también emocional.

Más allá de la ayuda inmediata, el Gobernador ha dejado claro su compromiso a largo plazo con la Costa. La rehabilitación de viviendas, la reconstrucción de caminos, la reactivación económica, son piezas clave de un plan integral que busca devolver a la región no solo su infraestructura, sino su vitalidad. "La Costa está en pie", afirma Jara Cruz, y sus palabras no son un simple eslogan, sino un reflejo del espíritu indomable de un pueblo que se levanta una y otra vez, y la promesa de un gobierno que camina a su lado, en los momentos más difíciles, construyendo un futuro mejor, ladrillo a ladrillo, esperanza a esperanza. El recorrido continúa, la labor no cesa, y la promesa del Gobernador resuena en cada rincón de la Costa: "No están solos, su gobierno está aquí". La gira se extiende a lo largo y ancho de la región, una maratónica jornada que no conoce de horarios ni de descanso, porque la necesidad no espera, y la solidaridad, en Oaxaca, es un motor que nunca se detiene.