La tormenta mediática desatada por las declaraciones de Adianez Hernández continúa generando olas. Tras la revelación sobre la pérdida de un bebé de Larisa Mendizabal durante su relación con Augusto Bravo, la actriz ha decidido romper el silencio y ofrecer su versión de los hechos, desmintiendo categóricamente las afirmaciones de Hernández. En una entrevista cargada de emotividad para el programa De Primera Mano, Mendizabal confirmó la dolorosa pérdida, pero enfatizó que nunca ocultó esta información, simplemente la consideró un asunto privado, ajeno al escrutinio público. "Sí, perdí un bebé con Augusto, pero no lo había compartido porque no lo veía pertinente", declaró con firmeza.

Mendizabal no solo confirmó la pérdida, sino que también refutó la insinuación de Adianez Hernández sobre la supuesta infertilidad de Bravo. Con detalles precisos, la actriz relató cómo, tras realizarse estudios médicos, la pareja decidió buscar un bebé. "Augusto tenía un conteo bajo, pero eso no significaba que fuera estéril. De hecho, me embaracé", aclaró, desmontando la narrativa que se había construido en torno a este tema. La actriz expresó su desconcierto ante la fuente de la información de Hernández, calificándola de falsa y manifestando su deseo de que se respete su privacidad. “No entiendo de dónde sacó esa información. Son mentiras y aunque cada quien puede contar su versión, pido que ya no se me involucre en este asunto", suplicó Mendizabal, visiblemente afectada por la situación.

La polémica, avivada por la infidelidad que puso fin a las relaciones de Mendizabal con Rodrigo Cachero y de Bravo con Hernández, ha llevado a muchos a especular sobre una posible reconciliación entre Mendizabal y Cachero. Ante estas conjeturas, la actriz fue tajante en su respuesta. "No, no hay ninguna posibilidad de reconciliación romántica. Rodrigo y yo somos amigos, compartimos un hijo y una historia de más de 20 años. Recientemente trabajamos juntos en una novela y fue una experiencia maravillosa, pero nuestra relación ha evolucionado hacia una sólida amistad y una paternidad compartida. Nada más", concluyó Mendizabal, poniendo punto final a las especulaciones.

Este nuevo capítulo en la saga mediática deja en evidencia la complejidad de las relaciones humanas y el impacto devastador que pueden tener las declaraciones públicas sin fundamento. La valentía de Larisa Mendizabal al compartir su verdad y defender su privacidad nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que conlleva la difusión de información, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles como la pérdida de un hijo. ¿Será este el fin de la polémica o habrá nuevas revelaciones que alimenten el fuego mediático? Solo el tiempo lo dirá.