La sombra de la violencia vuelve a cernirse sobre la Colonia Zapotitla en Tláhuac, dejando a su paso el eco de un nuevo disparo mortal. A tan solo un día de que la vida de un hombre de 40 años fuera segada por las balas en la calle Francisco Acuña de Figueroa, otro hombre, también de aproximadamente la misma edad, ha caído víctima de la violencia en un impactante ataque a plena luz del día. La tarde del martes 24 de junio, en el cruce de las calles Horacio Sobarzo y María Josefa Acevedo, la tranquilidad de la colonia se vio abruptamente interrumpida por el sonido de un disparo que resonó en las calles. Testigos presenciales describen la escena con horror: un hombre caminando por la calle, la aparente normalidad de una tarde cualquiera, y de pronto, la figura de otro hombre que se acerca y, sin mediar palabra, le dispara a quemarropa.

La víctima, cuya identidad aún no ha sido revelada, se desplomó en el asfalto, mientras el agresor se desvanecía entre las calles antes de la llegada de las autoridades. La rápida respuesta de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) permitió acordonar la zona, preservando la escena del crimen para la labor de los Servicios Periciales. Las cámaras de vigilancia del C4, mudos testigos del trágico suceso, podrían ser la clave para identificar al responsable y arrojar luz sobre los motivos de este acto violento.

La incertidumbre y el dolor se palpan en el aire. Familiares de la víctima, con rostros marcados por la angustia, esperan pacientemente el levantamiento del cuerpo para poder iniciar el doloroso proceso de despedida. La comunidad de Zapotitla se encuentra conmocionada, preguntándose qué hay detrás de estos dos asesinatos ocurridos con tan solo 24 horas de diferencia y a escasas dos cuadras de distancia. ¿Existe alguna conexión entre ambos crímenes? ¿Se trata de un ajuste de cuentas, un caso de violencia indiscriminada, o una trágica coincidencia?

Las investigaciones apenas comienzan, y la Fiscalía General de Justicia tiene la ardua tarea de desentrañar la verdad. Mientras tanto, la inquietud crece entre los vecinos, quienes exigen justicia y respuestas. ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad en la colonia? ¿Se reforzará la vigilancia policial? ¿Se implementarán estrategias para prevenir futuros actos de violencia?

La doble tragedia ocurrida en Zapotitla pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar las causas de la violencia y reforzar las estrategias de seguridad en la Ciudad de México. Más allá de las cifras y las estadísticas, cada vida perdida representa un drama humano que deja una huella imborrable en la comunidad. Es imperativo que las autoridades actúen con diligencia y transparencia para esclarecer estos hechos y llevar a los responsables ante la justicia, brindando así un mínimo de consuelo a las familias de las víctimas y devolviendo la tranquilidad a las calles de Zapotitla. El silencio y la indiferencia no son una opción. La sociedad exige justicia y un compromiso real para construir un futuro más seguro para todos.