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25 de junio de 2025 a las 05:50
Chacahua devastada: El paraíso tras el huracán Erick
La fuerza implacable de la naturaleza nos recuerda su poderío de manera abrupta. En Chacahua, Oaxaca, este paraíso terrenal que ha sido santuario de tortugas en peligro de extinción, refugio de aves migratorias y hogar de una vibrante comunidad afromexicana, la serenidad se quebró con la furia del huracán Erick. El eco de las olas, habitualmente una melodía tranquilizadora, se transformó en el rugido de un monstruo que arrasó con las humildes viviendas de palma, dejando a su paso un panorama desolador.
Imaginen por un instante la vida en este rincón del mundo: el ritmo pausado dictado por la pesca y el turismo, la danza hipnótica de la bioluminiscencia en las lagunas, el susurro de las historias ancestrales compartidas entre generaciones. Todo esto, en un abrir y cerrar de ojos, se vio interrumpido por la fuerza bruta del viento y la lluvia. Las palapas, antes símbolo de la sencillez y la armonía con el entorno, se convirtieron en escombros dispersos. Los restaurantes, corazón palpitante de la comunidad, vieron sus cocinas destruidas, apagando el aroma a comida casera que solía inundar las calles.
Mónica Corcuera, una de las habitantes de Chacahua, con la voz cargada de angustia y esperanza, nos relata la magnitud de la tragedia. "Nuestra vida aquí gira en torno al turismo y la pesca. En temporada alta, diciembre y Semana Santa, recibimos a visitantes que se maravillan con la belleza de este lugar. El resto del año, la pesca nos permite subsistir". Ahora, con la mayoría de sus pertenencias arrasadas por el agua, la incertidumbre se cierne sobre la comunidad. Platos, vasos, electrodomésticos, pero sobre todo, recuerdos irremplazables, se perdieron entre las olas.
Sin embargo, en medio de la devastación, surge la solidaridad. Como un bálsamo que alivia las heridas, la ayuda comenzó a llegar. El gobierno estatal, junto con voluntarios, se movilizaron rápidamente para llevar víveres, agua potable y manos dispuestas a reconstruir lo perdido. Surfers de Colorado y Puerto Escondido, quienes han encontrado en Chacahua un segundo hogar, se sumaron a los esfuerzos de limpieza y recolección. Una cadena humana de apoyo que demuestra que la esperanza no se ahoga ni siquiera en las peores tormentas.
Pero el camino hacia la recuperación es largo y arduo. La ubicación geográfica de Chacahua, su condición de isla, dificulta y encarece el transporte de materiales de construcción. "Volver a construir nuestras casas llevará meses. Aquí todo es más costoso. Para cada traslado, debemos pagar lancha y carro", explica Mónica con resignación. Ante esta situación, se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos a través de GoFundMe, una iniciativa que busca canalizar la solidaridad de quienes desean contribuir a la reconstrucción de este paraíso perdido.
Chacahua, "lugar donde abundan los camarones" en lengua mixteca, es mucho más que un destino turístico. Es un ecosistema vital, un tesoro natural que alberga una cultura única. Hoy, más que nunca, necesita de nuestro apoyo. Es el momento de tender la mano a quienes han perdido todo, de contribuir a la reconstrucción de sus hogares y de preservar este invaluable patrimonio para las futuras generaciones. La resiliencia de la comunidad de Chacahua es admirable, pero necesita de nuestra ayuda para resurgir de las cenizas y devolverle la vida a este pequeño rincón del mundo.
Fuente: El Heraldo de México