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26 de junio de 2025 a las 02:46

Capo cae, Michoacán arde.

La tensión se palpa en el aire de Tierra Caliente, Michoacán. La mañana del 25 de junio, una serie de bloqueos carreteros y la quema de un vehículo sacudieron la tranquilidad de la región, dejando a su paso el rastro humeante de la violencia que la azota. El detonante, la detención de Cirilo “N”, alias “El Capi”, hermano del infame líder criminal conocido como “El Botox”.

El miedo se propagó rápidamente entre los habitantes, quienes reportaron la presencia de civiles armados tomando el control de las carreteras. La imagen del automotor en llamas, un símbolo crudo del poderío criminal, se grabó en la retina de quienes presenciaron los hechos. Las principales vías de comunicación, la carretera Apatzingán-Aguililla, a la altura de Cenobio Moreno (Las Colonias) y El Razo del Órgano, así como la carretera Santa Ana-Pinzándaro, cerca de Simanca, quedaron paralizadas, convirtiéndose en escenarios de un despliegue de fuerza intimidatorio.

Las autoridades confirmaron que estos actos violentos fueron una respuesta directa a la captura de “El Capi”. Este personaje, lejos de ser una figura secundaria, desempeñaba un papel crucial en la maquinaria bélica de “Los Blancos de Troya”, el brazo armado de la organización criminal “Los Viagras”. Su especialidad, la fabricación de explosivos, lo convertía en una pieza clave para el Cártel Michoacán Nueva Generación, una alianza estratégica entre el poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación y “Los Viagras”. La detención de “El Capi” representa un duro golpe para esta alianza, desestabilizando su capacidad operativa y sembrando la incertidumbre en sus filas.

La respuesta de las fuerzas del orden no se hizo esperar. Elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Civil se desplegaron rápidamente en las zonas afectadas, con la misión de restablecer el orden y la libre circulación. Su presencia, una muestra de la determinación del Estado por combatir la delincuencia, busca disipar el temor entre la población y enviar un mensaje claro a los grupos criminales: la impunidad no será tolerada.

Sin embargo, la calma aparente tras el levantamiento de los bloqueos no debe interpretarse como el fin del conflicto. La detención de “El Capi” podría desencadenar una reacción en cadena, provocando represalias por parte de la organización criminal. La Tierra Caliente de Michoacán se encuentra en un punto de inflexión, donde la fragilidad de la paz se enfrenta a la brutalidad del crimen organizado. El futuro de la región depende, en gran medida, de la capacidad del Estado para mantener el control, desarticular las estructuras criminales y ofrecer a la población alternativas reales a la violencia. La pregunta que queda en el aire es: ¿será suficiente la fuerza desplegada para contener la tormenta que se avecina? La respuesta, sólo el tiempo la develará.

Fuente: El Heraldo de México