
25 de junio de 2025 a las 03:45
Avergüenza a pasajera por su peso
El incidente, capturado en video y rápidamente diseminado a través de las redes sociales, ha generado una ola de indignación y repudio. Las imágenes muestran la violencia desatada por Leanna Perris, de 32 años, artista neoyorquina, contra una pasajera que esperaba pacientemente el despegue desde el aeropuerto de Nueva York. La agresión, que incluyó jalones de pelo, golpes y escupitajos, se originó por la negativa de Perris a sentarse junto a la víctima, a quien se refirió con insultos denigrantes relacionados con su físico. "Mira a esa mujer gorda, mira a esa perra gorda, ni siquiera se le ve el estómago", se escucha decir a Perris en la grabación, mientras su tono de voz va subiendo de intensidad. "No me quiero sentar al lado de una gorda. Mira su outfit, horrible. Ni siquiera puede hablar porque está avergonzada", continuó vociferando antes de ser finalmente reducida.
Este lamentable episodio pone de manifiesto, una vez más, la importancia del respeto y la tolerancia en los espacios públicos. Viajar en avión implica compartir un espacio reducido con personas de diferentes orígenes, culturas y características físicas. La convivencia pacífica y respetuosa debe ser la norma, y cualquier acto de discriminación o violencia debe ser condenado enérgicamente.
Las autoridades aeroportuarias actuaron con rapidez, interviniendo para detener la agresión y expulsando a Perris del vuelo. La intervención de la seguridad del avión, así como la de otros pasajeros que presenciaron el incidente, fue crucial para controlar la situación y evitar que la violencia escalara aún más. Este acto de solidaridad ciudadana demuestra que la mayoría de las personas rechazan este tipo de comportamientos y están dispuestas a intervenir para proteger a las víctimas.
La expulsión de un vuelo, como la que sufrió Perris, es una medida que las aerolíneas toman en casos extremos, reservada para situaciones que comprometen la seguridad y el bienestar de los pasajeros y la tripulación. Las regulaciones son claras: cualquier comportamiento disruptivo, agresivo o que viole las normas de seguridad puede resultar en la denegación del embarque o la expulsión del avión. Esto incluye, además de la violencia física o verbal, la intoxicación por alcohol o drogas, la desobediencia a las instrucciones de la tripulación y la presentación de documentación falsa o incompleta.
El caso de Leanna Perris ha trascendido el ámbito aeronáutico y se ha convertido en un tema de debate social. Muchos se preguntan sobre las raíces de este tipo de comportamientos discriminatorios y la necesidad de implementar medidas más efectivas para prevenirlos. Más allá de las sanciones impuestas por las aerolíneas, es fundamental promover la educación en valores como el respeto, la empatía y la tolerancia. Sólo así podremos construir una sociedad más justa e inclusiva, donde todos podamos convivir en armonía, sin importar nuestras diferencias.
Este incidente también nos recuerda la importancia de ser testigos activos y responsables. Si presenciamos una situación de discriminación o violencia, no debemos permanecer indiferentes. Podemos intervenir de forma segura, ya sea ofreciendo apoyo a la víctima, alertando a las autoridades o documentando el incidente para que se tomen las medidas correspondientes. Nuestro silencio nos convierte en cómplices, y nuestra acción puede marcar la diferencia.
Fuente: El Heraldo de México