La angustia se palpaba en el aire, espesa como el agua que inundaba las calles de Guadalajara. La tarde del martes 24 de junio quedará grabada en la memoria de Ofelia Cano, no por el brillo de los reflectores o el aplauso del público, sino por el terror vivido ante la furia de la naturaleza. La reconocida actriz, rostro familiar en incontables hogares mexicanos gracias a sus papeles en telenovelas como "Seducción", "De pura sangre" y "Entre el amor y el odio", se vio atrapada en una dramática escena que superó cualquier guión. El cruce de Mariano Otero y Periférico, habitualmente transitado por el bullicio citadino, se convirtió en una trampa acuática. Las fuertes lluvias, propias de la temporada, desbordaron los límites de la infraestructura, convirtiendo las calles en ríos improvisados. Dos vehículos, entre ellos el de Ofelia, quedaron atrapados, inmovilizados por la creciente.

El video compartido por la actriz en redes sociales es un testimonio crudo del pánico vivido. Más allá de la figura pública, se vislumbra a una mujer vulnerable, enfrentándose a una situación límite. Con la voz entrecortada por las lágrimas y el temblor del miedo, Ofelia relata la pesadilla: "Está terrible, nunca me había pasado esto". La frase, simple en su construcción, encierra la magnitud del impacto emocional. Una experiencia que trasciende la anécdota, que la confronta con la fragilidad de la vida.

El relato de Ofelia no es un caso aislado. Las inundaciones en Guadalajara, un fenómeno recurrente agravado por el cambio climático, son un recordatorio constante de la vulnerabilidad de la ciudad ante los embates de la naturaleza. La imagen de la actriz, reconocida por su fortaleza y carácter en la pantalla, con lágrimas en los ojos, humaniza la estadística, pone rostro al drama que viven cientos de personas cada vez que las lluvias torrenciales azotan la perla tapatía.

La decisión de compartir su experiencia a través de redes sociales, un gesto impulsivo quizás, trasciende el ámbito personal. Se convierte en una alerta, en un llamado a la conciencia colectiva. "No salgan", aconseja a sus seguidores, con la voz aún afectada por la angustia. Un consejo que resuena más allá de la preocupación por la seguridad vial, que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención, de la planificación urbana y de la responsabilidad individual ante la crisis climática.

A sus 66 años, Ofelia Cano, la actriz que nos ha regalado tantas emociones a través de la ficción, nos regala ahora una lección de vida, una muestra de resiliencia ante la adversidad. Su experiencia, un reflejo de la realidad que viven muchos, nos recuerda que detrás del glamour y la fama, hay personas comunes y corrientes, vulnerables ante las fuerzas de la naturaleza, que buscan, como todos, seguridad y tranquilidad. Esperamos su pronta recuperación y que esta experiencia sirva para impulsar medidas que protejan a la ciudad y a sus habitantes de futuros eventos similares.