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25 de junio de 2025 a las 12:05
¡Alerta! Protege tu AFORE
La tranquilidad de nuestra jubilación, ese oasis de descanso tras años de labor, se ve amenazada por una sombra que crece en la oscuridad: el fraude en los retiros por desempleo. Imaginen, años de esfuerzo y contribuciones desvaneciéndose por prácticas engañosas que se aprovechan de la necesidad y la desinformación. La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) ha encendido las alarmas: casi el 70% del dinero retirado por desempleo está manchado por la corrupción. Despachos privados, como lobos con piel de cordero, se presentan como salvadores, prometiendo acceso rápido a los fondos de ahorro, pero ocultando las devastadoras consecuencias a largo plazo.
Su modus operandi es perverso: registran al trabajador en el IMSS por un solo día, inflando artificialmente su salario para luego gestionar el retiro por desempleo. Un espejismo de ganancia inmediata que se transforma en una pesadilla al llegar la edad de jubilación. ¿El precio de esta falsa promesa? Entre ocho y diez mil pesos, una cifra que palidece ante la pérdida potencial de la pensión. Piénsenlo, una módica suma hoy, a cambio de la incertidumbre y la precariedad en el mañana.
Las cifras son alarmantes. En 2024, los retiros por desempleo se dispararon un 12.7%, alcanzando la cifra récord de 30 mil 727 millones de pesos. Y la tendencia continúa: en los primeros cuatro meses de 2025, el incremento ya es del 11.2%, sumando 11 mil 360 millones de pesos. Números que nos hablan de una urgencia, de la necesidad de actuar con rapidez y contundencia. No podemos permitir que el futuro de nuestros trabajadores sea hipotecado por la avaricia de unos cuantos.
Ante esta situación, la Cámara de Diputados ha dado un paso crucial: la reforma al artículo 191 de la Ley del Seguro Social. Un cambio que busca proteger a los trabajadores, modificando la base de cálculo para los retiros por desempleo. Ya no será el último salario, fácilmente manipulable, sino el promedio del último año. Una medida que cierra la puerta a la trampa, que blinda el ahorro de los trabajadores y les garantiza un futuro digno.
Pero la lucha no termina aquí. La información es nuestra mejor arma. Debemos difundir, alertar, proteger a nuestros familiares y amigos de estas prácticas fraudulentas. Desconfiemos de las promesas fáciles, de las soluciones mágicas. Antes de tomar cualquier decisión, informémonos, consultemos con expertos, protejamos nuestro patrimonio. La jubilación es un derecho, no un privilegio, y debemos defenderlo con uñas y dientes. El futuro de nuestra tranquilidad está en juego.
No se deje engañar. Infórmese. Proteja su futuro.
Fuente: El Heraldo de México