¡Ay, no! ¿Se acuerdan cuando andaba de burlona con mis compas del Team Infierno, Nicola y Poncho, porque andaban en el hospital? Pues ahora me tocó a mí, ¡la vida da vueltas, manas! Aquí ando, internada, con una infección en el estómago que me tiene con la panza hecha un nudo. ¡Y pensar que yo me reía! Ya ven, como dicen por ahí, "del plato a la boca, se cae la sopa", y en este caso, del chiste al hospital, hay un suerito de por medio.

Les cuento que todo empezó con un dolorcito de estómago, como si hubiera comido piedras en la fonda de doña Pelos. Luego vinieron los escalofríos, ¡parecía que me había metido a una nevera! Y para acabarla de amolar, unas ganas locas de ir al baño cada cinco minutos. Total, que me tuvieron que traer al hospital volando, ¡más rápido que Apio en chisme!

La neta, sí me dio miedito, no les voy a mentir. Pero luego me acordé de todas las bendiciones que he recibido y de todo el cariño de ustedes, mis queridísimos seguidores, y se me pasó. Además, los doctores me atendieron de maravilla, ¡pura gente linda y profesional! Me dijeron que tengo gastroenteritis, que es como una fiesta loca en mi estómago, pero con bacterias en lugar de invitados. ¡Puro perreo intenso ahí adentro!

Me van a poner suero para combatir la infección, y la verdad es que ya me siento un poquito mejor. Eso sí, la pancita todavía me duele, como si me hubiera dado una mega sesión de abdominales con Bárbara de Regil. ¡Ay, nanita!

Pero bueno, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Espero que pronto me den de alta porque tengo compromisos en la Ciudad de México, ¡la chamba es la chamba! Y ya saben que no puedo quedar mal con mi gente de la televisión. Además, ¡me muero de ganas de volver a las andadas y seguir creando contenido para ustedes!

Así que no se preocupen, mis amores, que esto solo es un bache en el camino. Pronto estaré de regreso, más fuerte y fabulosa que nunca. Y recuerden, ¡no se burlen de los enfermos, que la vida es una ruleta! Les mando muchos besos y abrazos, ¡y no dejen de mandarme sus buenas vibras! Las necesito más que nunca. ¡Los amo!

Y por cierto, ¿alguien sabe dónde puedo conseguir unos taquitos de canasta bien ricos para cuando me den de alta? ¡Se me antojaron horrible! Eso sí, sin salsa picante, por si las dudas… ¡No quiero que mi estómago se vuelva a poner rebelde! 😉