
25 de junio de 2025 a las 00:20
Sheinbaum: Libertad de expresión, pilar fundamental
En un escenario político cada vez más polarizado, la reciente declaración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre las acusaciones de censura ha generado un intenso debate. La mandataria, con vehemencia, rechazó las imputaciones provenientes de la oposición y ciertos medios de comunicación, calificándolas de “increíbles” y argumentando que no existe represión alguna a la libertad de expresión en el país. Sus palabras, pronunciadas en la conferencia mañanera, han resonado con fuerza en la esfera pública, avivando la discusión sobre los límites de la crítica política y el ejercicio del poder.
"¿En qué país del mundo una televisora que es concesión del Estado habla mañana, tarde y noche en contra de la presidenta con un montón de mentiras?", cuestionó Sheinbaum Pardo, poniendo el foco en lo que considera una contradicción inherente a las acusaciones de censura. Este argumento, sin duda provocador, invita a reflexionar sobre el rol de los medios de comunicación en la construcción del discurso político y la influencia que ejercen sobre la opinión pública. ¿Se trata de una legítima libertad de expresión o de una campaña sistemática de desprestigio? La línea divisoria, en ocasiones, resulta difusa y sujeta a interpretaciones.
La presidenta también abordó la polémica ley contra el ciberacoso presentada en Puebla, promovida por el gobernador Sergio Salomón Céspedes. Según Sheinbaum Pardo, la iniciativa busca sancionar conductas de acoso digital y no la crítica política, como algunos han interpretado. “Es una ley contra el ciberacoso, que ya existe en Nuevo León”, afirmó, intentando disipar las dudas y controversias generadas en torno a la normativa. Sin embargo, la preocupación persiste en ciertos sectores que temen que esta ley pueda ser utilizada para silenciar voces disidentes y limitar la libertad de expresión en el ámbito digital.
La controversia radica en la delgada línea que separa el ciberacoso de la crítica política. ¿Dónde termina la libertad de expresión y comienza el ataque personal? ¿Cómo garantizar que una ley diseñada para proteger a los ciudadanos del acoso online no se convierta en una herramienta para la censura? Estas son preguntas complejas que exigen un análisis profundo y un debate constructivo.
El caso de Puebla ha reavivado el debate nacional sobre la regulación del espacio digital y los límites de la libertad de expresión. Mientras algunos defienden la necesidad de proteger a los individuos del acoso online, otros advierten sobre los riesgos de coartar la libertad de crítica y el derecho a la disidencia. En este contexto, la transparencia y la participación ciudadana se vuelven fundamentales para asegurar que las leyes que se implementen sean justas, equitativas y respetuosas de los derechos fundamentales de todos los mexicanos.
La situación actual plantea un desafío para el gobierno de Sheinbaum Pardo. Demostrar que no existe censura y que se respeta la libertad de expresión requerirá no solo palabras, sino también acciones concretas. El diálogo abierto con la oposición, la garantía de la pluralidad de voces en los medios de comunicación y la protección de los periodistas son elementos clave para construir un clima de confianza y fortalecer la democracia en el país. El futuro político de México depende, en gran medida, de la capacidad del gobierno para abordar estas cuestiones con responsabilidad y transparencia.
Fuente: El Heraldo de México