
24 de junio de 2025 a las 09:45
Revive la nostalgia
En un mundo donde la volatilidad geopolítica y la justicia selectiva se entrelazan, el trabajo se convierte en un reflejo de la incertidumbre. México, inmerso en esta realidad, implementa cambios en su Ley Federal del Trabajo, buscando un equilibrio entre la protección del trabajador y la adaptación a las nuevas dinámicas globales. La reducción de la jornada laboral y la "ley silla" son ejemplos de ello, pero, ¿son realmente las soluciones que el país necesita?
La realidad es que estas modificaciones, aunque bienintencionadas, se enfrentan a la compleja realidad de un sector empresarial, particularmente las PyMEs, que navega en un mar de incertidumbre jurídica. La falta de predictibilidad y la constante modificación de las reglas del juego generan un clima de precariedad, donde los derechos laborales se vuelven vulnerables y el desarrollo profesional se ve limitado por influencias y favores.
El sistema, en su intento de proteger, parece obstaculizar el progreso, generando una paradoja que afecta directamente a quienes busca beneficiar. El caso de los trabajadores de plataformas digitales ilustra esta problemática: la formalización, con la inclusión en la seguridad social, redujo sus ingresos, generando resistencia y descontento. Un fenómeno similar se observó con las trabajadoras del hogar. La intención de aplicar modelos tradicionales a nuevas formas de trabajo choca con la realidad de un mercado laboral en constante transformación.
La brecha generacional también juega un papel fundamental. El concepto de jubilación, tan valorado por generaciones anteriores, pierde relevancia frente a la inmediatez y la necesidad de generar ingresos rápidos. La juventud, impulsada por la tecnología, busca nuevas vías, como el teletrabajo, el freelance y el emprendimiento, adaptándose a la incertidumbre y creando sus propias oportunidades.
Este escenario de incertidumbre y cambio constante no es necesariamente negativo. La juventud mexicana, con su impulso innovador y su capacidad de adaptación, se convierte en un motor de transformación. Colectivos que promueven la equidad y plataformas que democratizan el acceso a oportunidades son ejemplos de cómo se está reescribiendo el futuro del trabajo.
En este contexto, la incertidumbre se convierte en un catalizador de la creatividad y la resistencia. El trabajo deja de ser solo una fuente de ingresos para transformarse en una expresión de esperanza en un mundo en constante evolución. La clave está en encontrar un equilibrio entre la protección laboral y la flexibilidad necesaria para adaptarse a las nuevas realidades del mercado, aprovechando el potencial de la juventud y su capacidad para innovar y transformar.
Fuente: El Heraldo de México