
24 de junio de 2025 a las 12:45
Mujeres Líderes
En el epicentro del panorama cultural mexicano, tres figuras femeninas emergen como faros de innovación y transformación: Nadia López, Patricia Ledesma e Isabel Toledo. No solo heredan la responsabilidad de instituciones de gran envergadura como la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL, el Museo del Templo Mayor y la Cátedra Ingmar Bergman, respectivamente, sino que imprimen a su gestión una visión contemporánea, imbuida de una perspectiva de género que redefine el liderazgo en el ámbito cultural.
Nadia López, poeta de origen mixteco, aborda la dirección de la CNL con una convicción profunda: democratizar la literatura, descentralizarla y abrir espacios para las voces tradicionalmente marginadas. Su enfoque, que ella misma describe como un acto de justicia poética, se plasma en iniciativas como el Premio Bellas Artes de Literatura Tlaxcala en Lenguas Indígenas y el Encuentro Nacional de Escritoras en Lenguas Indígenas. Más allá de la promoción editorial, López García busca tejer una red inclusiva donde las narrativas comunitarias, ecológicas e íntimas encuentren su lugar. Su liderazgo, horizontal y colaborativo, se aleja de las estructuras jerárquicas tradicionales y apuesta por la escucha activa como herramienta fundamental para la transformación cultural. La gratuidad de las actividades, desde diplomados hasta caminatas literarias, es un ejemplo tangible de su compromiso con la accesibilidad a la cultura. Como mujer indígena al frente de una institución nacional, López enfrenta los retos con la firmeza de quien conoce el valor de la representación y la importancia de tender puentes para que otras voces, históricamente silenciadas, puedan decir: "Yo también escribo, yo también importo."
Patricia Ledesma, al frente del Museo del Templo Mayor, encarna la pasión por el patrimonio cultural y la conexión con los públicos. Su trayectoria, marcada por la influencia del antropólogo Manuel Gándara Vázquez, la llevó a desarrollar una visión comunicativa de la arqueología, traduciendo conceptos complejos en un lenguaje accesible para todos. Su liderazgo, al igual que el de una directora de orquesta, se basa en la confianza y la sinergia del equipo. Ledesma entiende la dirección no como un ejercicio de poder vertical, sino como la coordinación de un esfuerzo colectivo donde cada integrante es esencial. Los desafíos, como el colapso de una techumbre a causa de una granizada, han puesto de manifiesto la resiliencia y el compromiso no solo del equipo del museo, sino también de un público que se ha convertido en un aliado invaluable en la protección del patrimonio. Con la mirada puesta en el futuro, Ledesma explora las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para enriquecer la experiencia museística y continuar la labor de acercar el pasado al presente de manera significativa.
Isabel Toledo, al frente de la Cátedra Ingmar Bergman, ha transformado este espacio académico en un vibrante laboratorio de pensamiento donde confluyen el cine y el teatro. Su visión, nutrida por los feminismos, replantea el liderazgo desde una perspectiva horizontal, priorizando el cuidado del colectivo y la generación de confianza. Toledo ha impulsado la Cátedra como un espacio de profesionalización y desarrollo de proyectos para jóvenes, al tiempo que extiende su alcance a otros públicos, desde adolescentes hasta niños. Su experiencia en la formación cinematográfica, adquirida en el Centro de Cinematografía y Actuación Dolores del Río en Durango, le ha brindado una perspectiva integral sobre la enseñanza y la creación audiovisual en México. Con un enfoque colaborativo y una mirada atenta a las necesidades de la comunidad universitaria, Toledo ha logrado tejer una red de alianzas con festivales e instituciones que enriquecen la labor de la Cátedra y la consolidan como un referente en el panorama cultural del país.
Estas tres mujeres, con sus trayectorias diversas y sus enfoques innovadores, están redefiniendo el liderazgo cultural en México. Su compromiso con la inclusión, la perspectiva de género y la apuesta por las nuevas tecnologías, no solo revitaliza las instituciones que dirigen, sino que inspira a nuevas generaciones de gestoras culturales a construir un futuro más equitativo y diverso.
Fuente: El Heraldo de México